El día 1 celebramos la SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, todos aquellos que vivieron y murieron en la esperanza de su salvación por creer vivir y estar preparados ante la asegunda venida de Jesús. No sabemos el día ni la hora, de ahí que debemos estar siempre preparados ante la llegada el esposo:CRISTO JESÚS.
La Iglesia ora siempre por los difuntos en la Plegaria Eucarística y tiene también un párrafo dedicado a recordar a aquella persona por quien se ofrece la Santa Misa; es.además, una " idea piadosa y santa orar por los difuntos nos dice Judas Macabeo cuando organiza una colecta para enviar al templo y orar por los soldados muertos en batalla.
No secularicemos la muerte-donde que hasta el sacerdote parece que sobra, o no se le recibe como alguién que viene a orar, a acompañar a la familia en ese momento de dolor. Por otra parte para personas creyentes la presencia del sacerdote, párroco o amigo se desea y se le espera como un representante de Dios y que con su presencia y oración reconforta tanto a los familiares.
El sacerdote al orar y, sobre todo, en misa de difuntos, explica la salvación realizada por Cristo y que conviene recordar con más frecuencia; pues para esto se hizo hombre el Hijo de Dios, para redimirnos, salvarnos, abrirnos la puerta del cielo cerrada por el pecado de Adan y Eva. Jesús ha pagado por nosotros, por nuestros pecados entregándose en la cruz y resucitando para nuestra justificación, pues también nosotros si morimos con Cristo resucitaremos con Él para disfrutar de la gloria de Dios.
De todos los difuntos algunos ya están en el cielo con su alma, pues su cuerpo esperan la resurrección universal al final de los tiempos; resucitaremos con el mismo cuerpo que hemos tenido, pero llenos de gloria, de inmortalidad a una vida eterna donde no habrá ni dolor, ni llanto, ni pena, ni muerte,.. pues todo será vida, luz, gracia, felicidad,amor.... Los que ya están salvados con su espíritu por esos no oramos, deben ellos interceder por nosotros, pero oramos por aquellos que solo Dios sabe, y que están en un estado de purificación para entrar en el cielo, pues nadie puede entrar en la vida eterna sin purificase, pues DIOS QUE ES PURO, DEBEMOS PURIFICARNOS ANTES DE ACCEDER A SU PRESENCIA. Por estos ora la Iglesia y oramos nosotros, para ayudarles a purificarse lo antes posible, reducir su pena temporal debida por sus pecados perdonados, pero no reducida la pena debida por el pecado-aunque ya perdonada la culpa, pero no se redujo la pena del pecado perdonado por falta de disposición nuestra como pecadores o penitentes. Oremos por los difuntos por todos y especialmente por los tuyos.
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