En el evangelio de este domingo,vemos unas como tres escenas, tres momentos. A) El momento presente dos realidades muy distintas: un rico muy rico, que banquetea diariamente, que viste de púrpura y a la puerta un mendigo llamado Lázaro que estaba a la puerta del rico y deseaba comer lo que caía de la mesa del rico y nadie le daba nada, nadie miraba para él, la más absoluta indiferencia. Muere el pobre y es llevado al seno de Abrahán; muere el rico y lo entierran y va al infierno. B) momento: Mira Epulón a Lázaro con Abrahán y le dice que le mandara a Lázaro que mojara el dedo en agua y le refrescara la lengua porque no soporto estas llamas. Abrahán le responde que él ha recibido bienes en el mundo y Lázaro, en cambio, males y entre vosotros y nosotros hay una sima insalvable. C) momento, ruego de Epulón a Abrahán, que le mande a este mundo para que avise a sus 5 hermanos y no vayan a ese lugar de tormento que él padece, Abrahán responde que tienen a Moisés y a los profetas, que los escuchen, están las SAGRADAS ESCRITURAS, la voz del Papa, los obispos,.. No padre Abrahán, pues si un muerta resucita se convertirán, Abrahán responde que si no escuchan a Moisés y y a los profetas no harán caso ni aunque resucite un muerto.
Algunas veces hemos escuchado esta frase: " No sabemos lo que hay despues de la muerte".No hace falta que resucite un muerto y venga a contarlo porque el que tenía que venir a decir lo que hay ya HA VENIDO: JESUS, EL HIJO DE DIOS QUE SALE DEL PADRE Y SABE TODO DE DIOS, PUES ES SU HIJO Y DIOS COMO EL PADRE. Es a Jesús a quien tenemos que escuchar, seguir,...
No se condena el rico por ser rico ni el pobre se salva por ser pobre sino por saber aceptar la situación de cada cual conforme a la voluntad de Dios. El rico recibió bienes en este mundo pero los usó mal, muy mal, fue totalmente indiferente a las necesidades de los demás, tenía ocasión a su puerta de hacer el bien obras de misericordia-dar de comer al hambriento, por ejemplo, y se hubiera cubierto de méritos y se sentaría en la mesa del Reino de los cielos.
Hagamos todo el bien que podamos mientras estamos de paso en este mundo. Los bienes, las riquezas no son malas en si mismas, pues son criaturas de Dios para nuestro bien y para enriquecernos para la vida eterna, depende como las utilicemos para hacer el bien o para mis egoísmos y caprichos personales pasando de las necesidades de los demás.
Este comentario lo hago pasado el domingo, porque estuvo estropeado el ordenador. Santa María, madre de Dios y nuestra, intercede por nosotros para que como " Madre de Misericordia" nos llenemos de obras buenas para la vida eterna como tu.
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