En el 4º de domingo de Cuaresma proclamamos el evangelio del hijo pródigo, hoy al echo del hijo pródigo, se añaden otras dos parábolas: la oveja perdida y la moneda perdida. Debemos apresurarnos a saber recibir el perdón de Dios y a saber perdonar, porque hemos aprendido de Dios a vivir este valor cristiano, que solo Dios y su Iglesia sabe ejercitarlo y vivirlo. Mirad a los mártires, a tantos cristianos que saben perdonar cada día. El perdón en función de la unidad de la comunidad. Piensa que que el amor, la misericordia de Dios se ha desbordado en mi.
Las tres parábolas dan respuesta a los fariseos y escribas que buscaban algo para acusarlo y vieron que comía con pecadores y publicanos, se escandalizaban, pero Jesús les responde con estas parábolas maravillosas. No nos damos cuenta de la pérdida de DIOS, como su pueblo que cambiaba a Dios por un becerro, nosotros, también dejamos a Dios por cualquier motivo y seguimos tan tranquilo. No somos conscientes de esa pérdida. Meditemos. pues las parábolas indican en primer lugar :" una pérdida": una oveja, una moneda, un hijo. y hay una respuesta de buscar, barrer y la actitud del padre por si el hijo retornaba. Solo está en contra el hijo mayor, la envidia del hermano mayor. En todas hay una expresión de ALEGRIA. ¿Cuál es esa característica y fundamento? es el encuentro, el retorno de lo perdido. Esta alegría debe ser característica de las comunidades cristianas, de cada cristiano. ¡Cuántos han perdido la vida de la gracia y la han recuperado por el sacramento de la confesión? Siempre hay alegría por la recuperación de esa vida de Dios en nosotros. Podríamos preguntarnos:¿ Cuál es mi estado de ánimo despues de la confesión, de la Eucaristía? ¿ Es de alegría? Bien. Muy bien. Dios es el fundamento de esa alegría y su presencia en tu vida es motivo de tu alegría.
Tanto el pastor, como la mujer y el padre son figuras de la actitud de Dios. La oveja se ha alejado de la comunidad( Iglesia) queriendo ser "libre" tener autonomía,.. y ¿cómo le sale la jugada? mal porque se ha perdido y, si no salen a buscarla se pierde para siempre y pierde su referencia que es la comunidad, la Iglesia, le pierde su egoísmo, no sabe compartir; la pérdida de la moneda es un simbolismo de que se han perdido los valores cristianos, las practicas cristianas que tanto necesita el mundo de hoy y, sobre todo, Europa, cuando en otros tiempos tan grande por su fe, por sus obras, por tantos misioneros esparcidos por todo el mundo llevando a Cristo al mundo, gloria y referencia del mundo, pero el laicismo radical, mal entendido, dejándose engañar por el demonio para hacer sombra a la Iglesia con sus valores, " la iglesia siempre perseguida y nunca vencida".
¿Qué ocurre con el hijo?. Quiere la herencia, el padre se la da, pero la herencia no solo es los bienes, sino la enseñanza, los valores transmitidos por el padre de familia, todo lo que el padre tenía: bienes, valores, sabiduría, trabajo, esfuerzo, familia, convivencia, perdón, amor, fe, esperanza,...¡ Cuántas cosas se nos han transmitido por nuestros progenitores. Alguien no valora esos tesoros, y los pierde sin mucha preocupación y, en algunos casos se alardea de haberlos perdido. El hijo lejos de la comunidad, de la familia es cuan do se da cuenta de lo que ha hecho, de cómo se encuentra ahora en la más baja miseria, en la bajeza más profunda,... es cuando empieza a reaccionar, a pensar y ve la comparación sufrida en su carne. Lo que han sembrado el padre y la madre salen ahora en esos momentos tan bajos y tan lejos de la familia-comunidad, Iglesia, de Dios,... vuelve. Enhorabuena, más vale tarde que nunca. También cuando vuelven hermanos que se han ido debemos alegrarnos con el retorno de los alejados y acogerlos con cariño, con alegría y sin envida. Seamos humildes. Meditemos en el amor misericordioso de dios nuestro Padre, que nos ama y nos lleva al amor y a amar. Aprender a acoger como Dios me acoge y vivamos la vida nueva que se renueva en cada sacramento de la Confesión. Santa MARÍA, Madre de Dios y nuestra, intercede por nosotros para que nos acojamos a la misericordia de Dios y la ejerzamos con los demás.
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