Jesús en su subida a Jerusalén, sigue dando enseñanzas a los que quieran ser discípulos suyos, seguirle.
Jesús habla claro, muy claro y muy fácil de entender:" Si alguno quiere ser discípulo mío, niéguese a si mismo, tome su cruz de cada día y sígame".
Ese camino es el estilo de vida de Jesús, el cual nosotros no debemos más que seguir sus huellas, pues Él va delante siempre y en todo, menos en el pecado. El evangelio y las palabras de Jesús hoy son muy claras, sencillas, comprometedoras que nos van obligando a meditar y vernos en el espejo de la vida de Jesús, pues toda página del evangelio tienen repercusiones para nuestra vida. Hoy tenemos una invitación de Jesús a tomarnos en serio el seguimiento de Jesús, sabiendo renunciar a otras cosas de este mundo y sus "valores", para no olvidad y marginar los valores cristianos, del evangelio. ¿Nos esforzamos? Este es un valor del evangelio. ¿ Nos negamos a nosotros mismos?. ¿ Damos todo lo que pide el cuerpo y nada o casi nada a nuestro espíritu?.
Debemos de pedir al señor que nos conceda el espíritu de sabiduría, de sensatez para dar valor a lo que realmente lo tiene y que nos demos cuenta de que la salvación es el mejor y mayor negocio que tenemos en nuestra vida.
Debemos de sacrificarnos cada día o encada ocasión que se presente para ver cómo es nuestra fe, verdadera fe cuando se prueba con el sufrimiento, no en los momentos de felicidad humana, pues esto es muy fácil, pero cuando vivimos en el dolor, sufrimiento es entonces cuando se prueba nuestra fe si es verdadera o falsa; " todavía no ha llegado la sangre al río en la lucha por el pecado".
Para poder entender con esta sabiduría la sensatez de la cruz, necesitamos pedirle al Señor que nos de su Espíritu Santo, el primer don de la Pascua de Jesús. Pues el Espíritu de Jesús nos enseña a saber sacrificarnos y profundizar en lo que debemos estar dispuestos a renunciar a tantas cosas inútiles, superfluas ( y que consideramos muy importantes y necesarias, por la propaganda comercial que nos lleva a adquirirlas, aún, cuando luego lleguemos a casa no nos sirvan de nada), seamos sensatos y también libres, pues Jesús no nos obliga- no nos obliga a nada, pues respeta delicadamente nuestra libertad y, seremos libres. cuando libremente podamos decir SÍ a Jesús que nos invita con una condicional:" Si alguno quiere ser discípulo mío, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame" SI ALGUNO QUIERE.La renuncia voluntaria es el precio que debemos de pagar con libertad para estar dispuestos a seguir a Jesús.
Jesús nos enseña a llevar, a cargar con la cruz, Él va delante y-no solo va delante enseñando como aceptar y llevar la cruz, sino que está con nosotros en el camino por donde vamos cargando con nuestra cruz. La debilidad adquiere fuerza cuando llevamos con amor y alegría la cruz de cada día como Jesús. La oración debe ser un elemento básico para entender el misterio de la cruz, para amarla, para que sea fuente de salvación para el que la lleva con Jesús y como Jesús. El dolor, el esfuerzo, el dolor, la enfermedad, es algo muy corriente en nosotros sepamos llevar esta cruz con mucho amor. Virgen María, Madre de Dios y nuestra intercede para que sepamos llevare la cruz con Jesús y como y como tú.
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