martes, 2 de diciembre de 2014

DOMINGO 2º DE ADVIENTO. JESÚS ES NUESTRO CONSUELO.

En el  primer domingo del Adviento se nos invitaba a vigilar, velar porque no sabemos el día ni la hora. En este 2º se nos invita a dejarnos consolar por el Señor Jesús. En un último término se dice que debemos recorrer el camino de la fe y de la esperanza para gozar y vivir la plenitud del amor de Dios por toda la eternidad. Domingo de enriquecernos  con esta visión con un matiz claro.: ese Dios que viene  a salvarnos nos va a consolar de todas las aflicciones de este pueblo suyo.. Señor, tu sigues siendo nuestro remedio para todo, nuestro refugio, bálsamo, consuelo, pero debemos acogerlo como María, Juan el Bautista, como José, Simeón,...Y este consuelo  lo quiero transmitir a todos los lectores del blog; pues a pesar de las infidelidades de su pueblo,Dios siempre ha sido fiel, pues en estos momentos la humanidad de hoy que es infiel, Dios, nuestro Padre sigue siendo fiel siempre, de aquí que Adviento no es solamente espera, sino anuncio, mensaje anunciado: llega el Señor para ser nuestro consuelo, el amor y el perdón de Dios para nosotros.
 Nuestro mundo está inmerso en unas desesperanzas, soledades en dejamos  a los ancianos/as, a los padres, a tantas personas que están muy solas y que tienen tantos problemas y que nadie se ocupa de ellos ni para darles los buenos días, necesitas alguna cosa,...contradicciones personales, faltas de amor en la familia, de afectividad, vacíos del espíritu, falta de Dios en tantas vidas,... Jesucristo que viene, viene  para hacerlo todo nuevo, ser nuestro consuelo, nuestra esperanza, nuestra vida, nuestra alegría. Vale la pena anunciar la Buena Noticia: viene Jesús, nuestro Salvador. Solo Dios puede salvar y Jesús nos puede salvar porque en Él se cumplen todas las Escrituras  e ir dejándonos envolver en la misericordia y consuelo de Dios que viene y viene  a salvarnos.
 Dios siempre cumple lo que promete, pero parece que nosotros con nuestra impaciencia  confirma la paciencia de Dios nos dice S. Pedro. ¿ No podremos colaborar nosotros con el Señor a la conversión de nuestros semejantes? Todo el mal de la vida presente desaparecerá y nos meteremos en la vida nueva donde no hay ni muerte, ni luto, ni llanto, porque el mundo ha pasado y ahora lo hago todo nuevo, un " cielo nuevo y una tierra nueva"
 Es que mirando al mundo guerras por aquí, guerras por allá ( Asia, Africa...), subida de los alimentos, de los impuestos,, ante el poder de las mafias, ante la pérdida de valores-nosotros dejamos de hablar y vir nuestros valores cristianos, nos dejamos llevar y podemos debilitarlos,, al encontrarnos tan vacíos por falta de Dios en nosotros caemos en el sexo, droga, alcohol, la esclavitud del siglo XXI, no nos encontramos con fuerzas para para resolver los problemas, las marginaciones, y caemos en el pesimismo: " no hay nada que hacer", " todo está pedido", "es todo tan complejo, tan difícil que yo no puedo hacer nada", " que lo arreglen los demás,  Nos rendimos. Os digo que no podemos rendirnos nunca ante nada porque tenemos al Señor con nosotros, que camina con nosotros, que nos ayuda siempre, que no se cansa nunca de nosotros, que no podemos andar con disculpas,...
 Preparemos el camino del Señor para nosotros limando aristas, desbrozando las espinas de nuestra vida, haciendo posible otro mundo mejor,más justo, solidario, alegre, más LLENO DE DIOS. Tenemos que involucrarnos, salir al encuentro de las almas que desean encontrar a Dios y tu eres ese instrumento. Necesitamos la Confesión y la Eucaristía: purificarnos y alimentarnos. No tengas miedo porque el Señor viene a salvarte, a consolarte, a recorrer el camino contigo y confía en ti en que colabores en su misión. Santa María, Madre de Dios y nuestra, intercede por nosotros para que superemos las pruebas de la vida presente y nos veamos todos plenamente felices en la visión eterna de Dios.

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