lunes, 25 de marzo de 2013

VIERNES SANTO. 2013

En el Viernes Santo, no se celebra la Eucaristía. Es la celebración de la Pasión de Jesús. Siempre es algo nuevo que descubrimos cuando contemplamos la entrega de Jesús en la Cruz, derramando su Sangre para lavar nuestros pecados y pagar por ellos al Padre.¡ Cuánto le hemos costado al Señor! " Hasta dar la vida por amor a nosotros" Tengamos una actitud abierta, sincera y leal ante Jesús crucificado meditando el misterio.
 Tiene tres partes:  a) Palabra de Dios; b) Adoración de la Cruz; c)  Sagrada Comunión, dentro de la Celebración de la Pasión del Señor.
 Debemos estar aprovechando todos los momentos de la celebración para- interiormente- llenarnos del amor, ejemplo y entrega de Jesús por nosotros. Los momentos de silencio son también muy importantes porque nos ocasión de meditar interiormente el misterio de amor de Dios. Tener siempre presente a Jesús crucificado y muerto en la cruz. Miremos delante de Él en silencio la historia de nuestra vida, de nuestro caminar por esta vida y de cómo llevamos nuestra cruz diaria: el dolor, la enfermedad, la pobreza, el espíritu de servicio a los hermanos. Tenemos delante al ejemplo del amor. La historia personal y la humana se tejen con el sufrimiento, con  el dolor, desesperanzas, esclavitud, violencias, muerte, aborto, homicidios,... Pero mirando, contemplando a Jesús vemos como cambia el panorama con su estilo de vida llena de confianza en el Padre, de entrega por nosotros al Padre, de " como pasó haciendo el bien y que todo lo hizo bien" Este es el Hijo de Dios: Camino, Verdad y Vida" Si te fijas en la Pasión verás las vejaciones, escupitajos, flagelación,  mofas, burlas, sigue  meditando el evangelio de S. Juan.
 Todo esto puede llevarnos a saber entregarnos, negarnos a nosotros mismos/as y aprender a perdonar frente al mal que hay en el mundo. Jesús se entrega para que tengamos fe en DIOS, tengamos paz, alegría, victoria presente y final. De la Cruz nos brota la vida, de ese costado abierto mana la vida, la salvación los sacramentos. María,madre de los dolores intercede por nosotros, ante tu Hijo para que sepamos vivir unidos a sus sufrimientos, a su cruz para alcanzar la gloria de la resurrección.

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