Ayer celebrabamos la Solemnidad de Todos los Santos, esos hermanos nuestros que han sido fieles en su caminar siguiendo a CRISTO y que ya gozan de la salvación viendo a DIOS. Hoy, al día siguiente, 2 de Noviembre celebra la Iglesia la Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos. Para llegar a ver a DIOS necesitamos pasar por la muerte, es cerrar la puerta a esta vida terrena y abrirla para la Vida Eterna disfrutando de la visión de Dios, de haber cumplido la misión para la que nos creó el Señor. Creer en Él, Adorarle, ser feliz ya aquí-como Él quiere- y luego poseerle en la eternidad en comunión de amor, de felicidad... Todos sentimos la separación momentanea de nuestros seres queridos, pero la fe, nuestra fe cristiana, nos dice que hay resurrección de muertos.
CRISTO se entregó a la muerte- como signo- del extremo amor al PADRE. cristo ha muerto y ha resucitado como primicia de todos los que duermen. Nos dormimos en el Señor y resucitaremos con Él, pues en el Bautismo participamos de su muerte y de su resurrección. Lo que nos espera es la vida eterna con la Santísima Trinidad en una felicidad, dicha y gozo que no se acabará nunca. Merece la pena saber vivir la vida presente conforme al estilo de vida de JESÚS para tener el mismo fin que Él y, que Él, nos ha ganado. JESÚS ha dicho: " En la casa de mi Padre hay muchas estancias, sino fuera así, ¿os habría dicho me voy a prepararos sitio? Cuando os prepare sitio vendre y os llevaré conmigo, pues alli donde estoy Yo quiero que también esten mis amigos.La muerte no es más que un nacimiento, pues del mismo modo que no estamos siempre en el vientre de nuestra madre-por muy bien formados que estemos- estamos destinados a esta vida presente y, del mismo modo, la vida presente no es para siempre, sino como preparación para la verdadera vida, la Vida Eterna contemplando a DIOS, por eso, cuando morimos, nacemos.La muerte no es el final del camino, sino el comienzo de todo lo inmejorable y definitivo, la plenitud siempre deseada y nunca alcanzada en este mundo presente, pues esa plenitud está más allá de la muerte. Vivamos la vida presente con fe y una alegre esperanza( S. Pablo dice:" La esperanza no defrauda jamás"). Vivamos siempre en amistad con el Señor y, así cuando nos llame el Señor a su presencia estaremos siempre preparados para presentarnos ante Él. Que JESÚS nos ayude con su gracia a que sea así, que María, su Madre interceda por nosotros y, S. José, que es el abogado de la buena muerte, pues falleció acompañado de JESÚS y de María, nos acompañe en ese momento decisivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario