viernes, 27 de abril de 2012

Estamos en el tiempo de Pascua, tiempo muy alegre porque se celebra la victoria sobre uno de los enemigos que más tememos: la muerte. Él nos abre las puertas de la vida, del cielo cerradas por el pecado de Adán y Eva. Los textos evangélicos y los testigos nos dicen que el sepulcro estaba vacío y se les apareció muchas veces y en distintos sitios para ratificarlos y afirmarles en la fe verdadera: la fe pascual. MUERTE Y RESURRECCIÓN DE JESÚS, EL HIJO DE DIOS. JESÚS sigue cuidando de nosotros siempre. No nos deja nunca. Nos abre el camino de la Vida, va delante y con nosotros. Si tropezamos y caemos enseguida nos tiende su mano todopoderosa para levantarnos, curarnos, devolvernos la alegría de la salvación. Miremos  JESÚS. Contemplemos a JESÚS VIVO. Amemos a JESÚS. Vivamos con El y como Él. No tengamos miedo responder a JESÚS, aunque tengamos nuestros defectos, pues Él ya cuenta con ellos desde antes del principio del mundo. Alegría. Esperanza. Vida consagrada a JESÚS.
 Él es el RESUCITADO. Así como Él ha resucitado lleno de gloria, gloria propia de DIOS que tenía junto al Padre antes de hacerse hombre para salvarnos. Él es un Buen Pastor como ninguno: Ama a todos los hombres y mujeres del mundo, da su vida por todos, nos busca a todos con amor, nos cura a todos los que tengamos heridas, nos carga sobre sus hombros y nos lleva al buen redil donde se encuentran los fieles que le siguen con fe y amor. procuremos dejarnos llevar de su amor hacia nosotros para no resistir su llamada a darnos a Él y, como Él, a los demás.
 Cultivemos la unión con CRISTO. Pues si estamos unidos a Él como los sarmientos a la vid  daremos mucho fruto. Porque sin Él no podemos hacer nada conducente para la vida eterna. En la comunión nos unimos más estrechamente a Él, pues le recibimos al mismo JESUCRISTO DIOS VERDADERO Y HOMBRE VERDADERO, GLORIOSO.Nos transforma en Él.
 El mandamiento del amor es otra característica del RESUCITADO. Él por amor se hace hombre, se entrega por nosotros hasta la muerte y muerte de cruz.Nadie tiene amor más grande que aquel que da la vida por los demás. Miremos  JESÚS Y SIGAMOS A JESÚS CENTRADOS SIEMPRE EN ÉL.
 Santa María, madre de DIOS, RUEGA POR NOSOTROS PARA QUE VIVAMOS MUY UNIDOS A CRISTO, COMO LO ÚNICO IMPORTANTE. AYÚDANOS, MADRE. 

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