En este domingo quinto de Pascua la idea del evangelio es la alegoría de la vid y los sarmientos. La enseñanza que nos quiere dar JESÚS es que "sin Él no podemos hacer nada". Para esto JESÚS recurre a un ejemplo del campo: la vid y los sarmientos.El domingo pasado JESÚS RESUCITADO se nos presenta como el Buen Pastor, siempre pendiente de nosotros, de nuestros problemas, de nuestra vida de salvación por la que ha dado su vida por amor al Padre y por amor a nosotros. Nos busca, nos ama, no quiere que se pierda ninguno de los que creemos en Él. Hoy JESÚS nos invita a estar unidos a Él como los sarmientos a la vid. Un sarmiento, que no está unido a la vid, a la cepa; una rama de una árbol, si no está unido al tronco, no corren ni por el sarmiento ni por la rama la savia que les da vida. Se secan y no sirven para nada más que para tirarlos al fuego y se quemen. y si están unidos a la vid y está seca, se poda para que salgan nuevas ramas y den mucho fruto. JESÚS es la vid y cada cristiano bautizado es el sarmiento. Está claro que para que demos frutos buenos, sabrosos, abundantes que nos sirvan para la vida eterna tenemos que estar muy unidos a CRISTO. La savia es la vida de la gracia, ser amigos de DIOS, tener en nosotros su misma vida.
En esta página evangélica se menciona 7 veces el verbo permanecer: Permanecer en mí y yo en ellos. JESÚS permanece unido al Padre y el Padre en su Hijo. Unión inquebrantable, indestructible entre el Padre y el Hijo. Entre el PADRE Y EL HIJO se identifica la Palabra y la Obra de DIOS: LA REDENCIÓN DEL GÉNERO HUMANO. Esta misma relación que existe entre el Padre y el Hijo y el ESPÍRITU SANTO debe de existir entre JESÚS y nosotros. Si estamos unidos a CRISTO no nos faltará la savia, la gracia, la VIDA SOBRENATURAL. Nuestra unión con CRISTO es VITAL. Esta vida necesitamos mantenerla escuchando y acogiendo su Palabra, para no quedarnos sin esa savia, esa vida. Alimentar más y mejor la vida interior, que es esa comunicación interior con el SEÑOR, siendo dóciles a la inspiración del ESPÍRITU SANTO que nos está moviendo constantemente en nuestro interior. Ante la gracia de DIOS hagamos un esfuerzo para mantenernos fieles a sus inspiraciones. Y otra idea es la de dar fruto. Nos dice JESÚS:"El que permanece en mí y yo en él ése da mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada; nada que nos sirva para la vida eterna, para agradar al Señor, para nuestra bien y para el bien de la humanidad.
Los frutos son de : Unidos al Señor. Unidos fraternalmente entre nosotros pues todos recibimos y vivimos la misma savia: la gracia de DIOS en el Bautismo, en los sacramentos,...Ser más solidarios, más justos, más caritativos, más atentos a las necesidades de los demás, más unión a las enseñanzas del Papa, a la unidad doctrinal de la Iglesia, de una vida de fe más auténtica, que nos ayuda a superar momentos duros, difíciles, de superar ambientes adversos a la vivencia de la fe, a vivir como hombre nuevo, nueva creatura con una vida de oración personal y comunitaria que nos ayuda vivir como hijos de DIOS. María, madre de DIOS y madre nuestra, tú que has vivido íntimamente dócil a la acción del Espíritu y llena de gracia de DIOS desde el principio intercede por nosotros para que vivamos con alegría la vida de la gracia. Y si caemos en el algún pecado por fragilidad humana, que nos acerquemos pronto a la confesión y a seguir unidos a la vid: a CRISTO.
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