sábado, 7 de agosto de 2010

LA VIGILANCIA


El Señor Jesús en el evangelio del domingo XIX del tiempo ordinario nos recomienda a sus discípulos el estar alerta, vigilantes porque no sabemos ni el día ni la hora de su retorno. Para ayudarnos a entender la vigilancia nos propone tres parábolas:"Los que aguradan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle, apenas venga y llame. Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela: os aseguro que se ceñirá, los hará sentarse a la mesa y los irá sirviendo. La misma enseñanza es el ejemplo del dueño de la casa que supiera a qué hora viene el ladrón no le dejaría abrir un boquete. Y el administrador fiel que lleva la contabilidad al día y cuando venga el dueño se la entrega porque la tiene siempre preparada. Así nos ha de suceder a nosotros con la vida y tesoros que DIOS nos ha concedido. Debemos hacerlos fructificar y estar siempre preparados porque el Señor vendrá a la hora que menos pensemos para pedirnos cuentas. Debemos estar alertas.
La vigilancia es la acción de velar por alguién o algo. Vigilancia es preparar el encuentro con DIOS. Vigilancia es estar atentos a los enemigos, malas inclinaciones, es estar atentos a las cosas pequeñas de cada día.
Esa vigilancia ha de ser activa como una madre embarazada que sigue su trabajo de cada día y espera el nacimientode su hijo. No puede hacer nada por adelantar o retrasar el momento. Pero durante el tiempo de espera del nacimiento de su bebé va preparando los pañales, la cuna... De igual modo nosotros seguimos la vida ordinaria de cada día, pero nuestra vida está atravesada por Cristo que nos transforma, nos prepara para el encuentro con Él cuando venga para llevarnos con Él al banquete de bodas en el cielo.
Todo esto debe estar impregnado por la fe. Poque si no tenemos fe no esperamos nada, ni nos preparamos para nada. Pero la fe nos hace caminar con seguridad en lo que esperamos y con certeza en lo que no se ve. No tengamos miedo al Señor que no nos va quitar nada, sino que nos la va dar todo. Nos da la verdadera felicidad, la que dura siempre no un momento. Termino con una cita de S.Pedro:" Sed sobrios, estad alertas, que vuestro enemgo el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quien devorar; resistidle firmes en la fe".(1P.5,8-9)

2 comentarios:

  1. Hola Jose Luis

    Gracias por compartir tu reflexión sobre el Evangelio.
    Intentaremos seguir vigilantes y tener los "prismáticos de la fe" siempre atentos a lo que el Señor nos da cada día.

    Un abrazote

    ResponderEliminar
  2. Nacho, muchas gracias por tu comentario. Me alegro mucho de lo que leiste y que te haya gustado. Me alegro mucho de que hayas vuelto de Santiago y que llegaras en paz. Ya contarás experiencias. Un abrazo y saludos a tu esposa e hijas. José Luis.

    ResponderEliminar