lunes, 29 de julio de 2019

DOMINGO 18 DEL T.O. 2019 LAS HERENCIAS.

Jesús-subiendo a Jerusalén- sigue desgranando enseñanzas sobre el Reino de Dios y sus valores. Nos alerta también en lo absurdo de fundar la propia felicidad en las riquezas, en el tener y no en el ser honrado, desprendido, estar por encima de los bienes temporales que tanto nos atan y esclavizan.. El rico de este evangelio dice ante una cosechona: " descansa, alma mía, tienes a tu disposición muchos bienes... descansa, come, bebe, diviértete,, date a la buena vida,... Jesús dice: Insensato, esta noche te van a reclamar la vida. Y lo que has acumulado,¿ de quién será?
 Recordemos que como nos dice Job, " sin nada venimos al mundo y sin nada sin nada marcharemos de el".
 La verdadera riqueza está en el amor de  Dios y en amar a Dios con toda nuestra alma. La verdadera riqueza es desde el amor de Dios y a Dios  y,por ese amor,  saber compartir con los hermanos, y de modo especial a los necesitados, excluidos,... Debemos ayudarnos todos.
 La primera lectura nos dice: " vanidad de vanidades y todo es vanidad... " La verdad es que si experimentamos esto no temeremos la muerte porque somos dueños de nosotros, de saber discernir entre los bienes temporales y los eternos, en saber vivir en paz y no en la presión de la  inestables  riquezas, que nos distraen, alejan, debilitan nuestra comunión con Dios y saber desprendernos de las riquezas de este mundo, en saber compartir -sabiendo que hay más alegría en dar que en recibir-"
 Sepamos ir vaciando nuestro corazón del apego a los bienes terrenales y  en la misma medida nos irá llenando el amor de Dios y estar llenos de Dios.
 Que sepamos vivir desprendidos de lo que nos aleja del amor de Dios, de su paz, de su felicidad y que sepamos donde está la verdadera riqueza: EN DIOS. Si estamos llenos de Dios somos libres, de lo contrario seremos esclavos de lo visible.
 El reparto de las herencias suele traer muchas divisiones familiares e incluso enemistades de sangre para siempre, algunas veces por la codicia, la avaricia de algún pariente. Saber defender lo justo, lo que corresponda y saber hacerlo con paz interior, con humildad,... Ahora si somos necios- como nos dice Jesús- estaremos siempre incomodos por todo, si nos toca mucho por mucho y si nos toca poco por ser poco, nunca satisfechos, tristes, malhumorados, criticadores,...
 En realidad los bienes que tengamos debidos a nuestro trabajo, ahorro, herencia debería ser motivo de acción de gracias a Dios creador de todo y a nuestros antecesores que con sus ahorros nos dejan lo que nos dejen,... Seamos sensatos: Las riquezas no dan la felicidad, solo atenúan un poco los " rotos diarios" de cualquier familia que le cuesta llegar a final de mes, que son muchas familias. Sepamos agradecer a Dios los bienes, sepamos usarlos correctamente, pensando en los bienes eternos y que los terrenos nos ayuden a alcanzar los eternos por e amor a los hermanos sabiendo compartir con ellos lo que podamos, esta es la vida y el camino deseado por los creyentes y seguidores de  Jesús, que "siendo rico-Dios creador de todo- se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza". La vida no es nuestra, es de Dios y de nuestros padres y que debemos darle sentido para que no nos despistemos distraídos por las seducciones del mundo, del demonio y de nuestra carne que no queremos negarle en nada. Usemos bien el don de la vida, de sensatez, de la gracia de Dios. Busquemos los bienes de arriba. Santa María, Madre de Dios, al Pobre de Dios, la que siempre tuvo su única riqueza a Dios.

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