miércoles, 26 de abril de 2017

DOMINGO 3º DE PASCUA. RECONOCER AL RESUCITADO.

 En este domingo tercero de la Pascua-de lo que más me gusta este Evangelio es cómo Jesús busca a todos y no quiere que se pierda ninguno de sus amigos, de aquellos que anduvieron con Él en la vida pública, de aquellos que van por la vida derrotados, que se precipitan ante acontecimientos grandiosos, ante anuncios de otros compañeros y que no prestan atención a la comunidad, cómo Jesús los busca a los que se separan de la comunidad de fe, que se precipitan y escapan y vuelven a sus quehaceres de antes, sin  querer comprobarlo-creo se precipitan y se van a toda prisa sin reflexionar el caso por nervios, por desgana, por pereza intelectual, por no vivir el compromiso y de ver como todos andan con indiferencia,...-Muy parecido a la actualidad:¡qué prisas, que falta de juicio interior y exterior, qué nervios, que pereza en juzgar acontecimientos,.. sobre todo cuando está en juego mi paz, mi felicidad,... Pero Jesús se hace el encontradizo-sin que le conocieran- para levantar el ánimo de aquellos dos discípulos que huyen tristes, derrotados, desencantados, desconfiados,... y no hay también hoy muchas personas derrotadas, desencantadas en la vida de este mundo, que no se paran a pensar en su presente y futuro y, sobre todo, -el futuro eterno- Han sido sinceros en su diálogo que Jesús les empieza para luego meterse en honduras de la felicidad personal; creo que tenemos miedo a ser felices con la felicidad de Dios, preferimos las felicidades caducas y que no conducen a nada-fíjate en los del Evangelio de este domingo. Parece que estamos calcados en Cleofás y el amigo.
 Por otro lado, todo el evangelio de hoy nos está mostrando  el misterio de la misa:Palabra de Dios y Eucaristía. Palabra de Dios en el c aminar hacia Emaús donde les va explicando todo lo que se refería a Él en la Sagrada Escritura y, como se llenaba su corazón y ardía con las explicaciones de Jesús-PALABRA DE DIOS E HIJO DE DIOS PADRE- Así es en cada misa tenemos como primera parte la liturgía de la Palabra de Dios y la explicación de la misma-homilía- y pasamos a la segunda parte que el misterio pascual, Eucaristía. donde hace presente el sacrificio pascual-Última Cena- sacramento de amor, de entrega, de ir delante dando ejemplo de entrega por nosotros, de sacrificio de la cruz para redimirnos,... y ser alimento para el camino, de ser alimento para estar fuertes ante los peligros de la vida hasta llegar al Reino de los Cielos.
 Por s i esto fuera poco, cuando se llega a la altura del pueblo Jesús hace ademán de seguir adelante, pero le invitan a quedarse, y, se queda, a la mesa toma el pan y lo bendice y se lo da y se les abren los ojos y le reconocen al partir el pan como en la ÚLTIMA CENA. y salieron  corriendo hacia Jerusalén para contar lo que les había sucedido y "cómo lo reconocieron al partir el pan." Los verdaderos discípulos debemos reconocer-conocer-a Jesús resucitado es en la Misa, Eucaristía; y es en la Misa, en la Eucaristía donde nos conoce Jesús, a los que participamos en la misa cada domingo o "Día del Señor. y cada uno iba narrando lo que le había sucedido a él o a ellos.sobre todo a Simón, es  decir: Pedro, como su Vicario, por eso no se disimula las apariciones a todos, pero de modo especial a  Pedro. Las diversas apariciones de Jesús mostrando sus llagas a los discípulos es para afirmarles en la fe y, a su vez, ellos nos afirmen a nosotros en esa misma fe en el Resucitado. Estad tranquilos: JESÚS HA RESUCITADO, EL SEPULCRO  VACÍO, LAS APARICIONES DE ANGELES, APARICIONES A LOS DISCÍPULOS, A LOS DEMÁS SEGUIDORES-HOMBRES- MUJERES, DE LOS CUALES VIVEN TODAVÍA UNOS 500, NOS DICE S. PABLO. Señor, creo pero aumenta nuestra fe. Santa María, MADRE de los creyentes, intercede por nuestra vida de fe.

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