lunes, 27 de enero de 2014

DOMINGO 4º DEL T.O. 2014. FIESTA DE LA PRESENTACION.

 En este domingo 4º, que sería el que correspondería a este domingo del Tiempo Ordinario, sin embargo por coincidir en este domingo la fiesta de la Presentación de Jesús en el templo y de la Purificación de María, prevalece la fiesta sobre la litúrgia del domingo 4º. Jesús en esto como en el bautismo del Bautista quiere que se cumpla la justicia del Padre. La Ley de Moisés ordena que a los 40 días debía ser presentado todo primogénito al Señor. Si lo pensamos bien ni Jesús tenía porque ser presentado al Señor porque él mismo es el Primogénito del padre, el Hijo de Dios, Dios como el Padre; ni María debía presentarse para purificarse, pues lo que sucedió en Ella es todo obra del Espíritu Santo, pero, así se cumplen las Escrituras y Jesús y María no solo las cumplen,sino que las viven las encarna en sí mismos. Ejemplos vivos de la voluntad de Dios Padre. Cumplidos los 40 días María, la Madre de Jesús con su Hijo y José presentan a Jesús y lo ofrecen al Padre y para rescatarlo ofrecen un par de tórtolas o dos pichones, porque eran pobres. En ese momento, acuden al templo, el anciano Simeón y la profetisa Ana, que llenos del Espíritu Santo se dejan del Espíritu y, así, pueden contemplar ,ver y alegrarse de haber visto al Salvador de los pueblos y la luz del mundo; Simeón dice que ya puede que ya puede salir en paz de este mundo porque ha visto al Salvador,... Había también  la profetisa Ana, viuda, que viví mucho tiempo en el templo sirviendo con ayunos y oraciones, bendijo al Señor por esta hora de la presentación de Jesús. Simeón profetizó que Jesús estaba puesto para que muchos caigan y para que otros se levanten en Israel, será signo de contradicción; y una espada atravesará tu alma( recordad la escena de María junto a la cruz. Simeón nos da ejemplo a no tener miedo a la muerte. El Espíritu Santo le había dicho:" que no moriría sin ver a Cristo el Señor", y, cuando lo tiene en sus brazos dice contento:"Ahora, Señor, puedes ya dejar salir a tu  siervo en paz, según tus palabras; porque mis ojos han visto al Salvador"( esto lo rezamos los sacerdotes cada día antes de acostarnos, bueno y los que recen completas al final de la jornada de trabajo). No tengamos miedo a la muerte porque Jesús, el Salvador, lo tenemos en nosotros, nos alimentamos de Él en la Eucaristía, en su Palabra, en los sacramentos, en el amor a los hermanos,... Precisamente se hizo hombre para participar de nuestra naturaleza, de nuestra carne y sangre, y que entrega su sangre en la cruz por nuestra salvación, porque le vemos en los demás hermanos, en los pobres, necesitados, enfermos, ... No olvidemos a María en este misterio. pues Ella ofrece al que es el Hijo de Dios y se ofrece  Ella misma, cuando ninguno de los dos necesitan este requisito . María se ofrece a sí misma y nos ofrece a nosotros también hijos en el Hijo.
  Celebramos también hoy el día de la vida consagrada, de esos hombres y mujeres que se entregan cada día, cada minuto al Señor y por nosotros, en su vida de oración y de trabajos domésticos para santificar sus vidas agradables al Señor y ejemplo para este mundo moderno tan egoísta, tan lleno de si mismo, pero muchas veces vacío de Dios, ellos nos enseñan a llenar nuestras vidas de paz, de felicidad, de alegría, de satisfacción por  haber escogido la mejor parte como María la hermana de Lázaro y de Marta. Virgen María, Madre de Dios y nuestra  ayúdanos a vivir ofrecidos cada día al Señor, a pesar de nuestros fallos.

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