El Señor sabe que somos débiles, que podemos muy poco, que podemos caer en cualquier momento aún cuando contemos con su ayuda que nunca nos falta. JESÚS anuncia a sus discípulos que va a subir a Jerusalén para sufrir mucho de parte de los ancianos, los escribas y los sumos sacerdotes, y ser muerto, y al tercer día resucitar. Esto escandaliza a sus discípulos y Pedro le llama aparte y le dice: "No lo permita DIOS". JESÚS le dice: "Retírate de mi vista, Satanás; tu piensas como los hombres, no como DIOS". JESÚS, seis días después tomó consigo a Pedro, Santiago y a Juan y se los llevó a un monte muy alto: El Tabor. Allí se transfiguró, es decir: La gloria que tuvo desde el principio con el PADRE y el ESPÍRITU SANTO y que ocultó al tomar la Humanidad, ahora lo deja ver para animar a sus discípulos. Esa gloria se nota en sus vestidos blancos como la nieve limpia, recién caida, su rostro brillante como el sol. Nos enseña que para llegar a la gloria del cielo que Él posee , debemos pasar por la tribulación, por la cruz de cada día. También nos indica nuestra futura resurrección, nuestra futura gloria en la vida eterna. Necesitamos ir descubriendo todo esto en nuestra meditación personal para afirmar y consolidar más nuestra fe de la Iglesia que es la fe en la resurrección de JESÚS y, gracias a Él, resucitar también nosotros. JESÚS y sólo JESÚS es capaz de transformar nuestra vida, de hallar la verdadera felicidad que de Él dimana. El mundo nos presenta otros caminos de hacernos felices: Ofertas de comodidad, de egoísmo, de consumir por consumir, de hacer lo que se me antoja porque eso que me favorece a mí eso es lo moralmente correcto. DIOS no nos agua las fiestas, todo lo contrario , Él es nuestra Felicidad y nuestra paz y verdadera libertad. Estamos en Cuaresma "rasguemos nuestro corazón y no nuestras vestiduras" dice el profeta Joel. Debemos dejarnos transformar, transfigurar por JESÚS. ¡Cómo será la vida eterna, cuando San Pedro al ver así a JESÚS, dice:" Qué bien se está aquí." Meditemos este misterio y procuremos adentrarnos con JESÚS y sus discípulos en la nube para escuchar la voz del PADRE que nos dice." ESTE ES MI HIJO AMADO, EN QUIEN ME COMPLAZCO; ESCUCHADLE". Dediquemos más tiempo a escuchar al Señor y nuestra vida será distinta y más positiva, gozosa. Leed y meditad la Palabra de DIOS. Unámonos a JESÚS en su camino hacia Jerusalén y le acompañaremos en su gloriosa resurrección. Tengamos fe y esperanza en JESÚS que nos falla nunca.
NO SE QUE COMENTARIO PUEDO HACER....
ResponderEliminarPERO ESTA PAGINA ESTA MUY BIEN.
SALUDOS.
Alicia: Un cordial saludo. Le agradezco mucho que haya entrado en este blog. Gracias por su bondad en verlo con buenos ojos. Qué DIOS quiera que ayude a alguién a encontrarse con el Señor JESÚS. Un saludo y oraciones. José Luis.
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