martes, 6 de noviembre de 2018

DOMINGO 32 T.O. 2018. EL CULTO VERDADERO A DIOS.

El templo majestuoso  de Jerusalén, que sorprendía a propios y extraños por su belleza, por su majestad. Era el sitio ideal para que los doctores de la ley, tuvieran sus controversias; era también donde Jesús enseñaba la VERDAD  DEL PADRE. enseñando con autoridad como el mismo evangelio de hoy.
Jesús amaba mucho  al templo como casa de oración , del encuentro con el Padre, con Dios, de ahí que quiere que esté limpio, decente, ordenado, purificado, exento de hechos improcedentes, que deshonran a los que así obran o piensan o enseñan cosas contrarias a la ley de Dios; tenemos hoy ese ejemplo como usaban el templo para presumir, ser vistos, aplaudidos, humillar a otros,...A todo el proceder humano Jesús nos da un ejemplo impresionante. Jesús- que además de saber nuestro interior, observa también lo exterior y ve como echan los ricos mucho dinero, pero es de lo que les sobra, mientras que una pobre viuda echa de lo que necesita para subsistir,... Miremos nuestro entorno hoy y se puede palpar el mismo actuar: actuar por ser visto, aplaudido,.. pero ante Dios no vale nada, porque ya hemos recibido la paga. Sin embargo la pobre viuda al echar lo que necesitaba y con humildad, con alegría y no buscando el ser aplaudida por los presentes. Recordemos lo que nos dice Jesús:" Que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha" y, " vuestro Padre que ve en  lo secreto os premiará", siempre que sepamos hacer en gracia de Dios, con amor y por amor a Dios.
 Esto también nos enseña que debemos vivir de este modo la confianza en Dios, ponerse en las manos de Dios y el Señor de los pobres cuidará y premiará ya aqui y ahora y luego la vida eterna. Es todo un ejemplo la pobre viuda. imitémosla. Pongamos el corazón y el amor en cada acción para agradar a Dios y ayudar a los demás. No seamos hipócritas. Juguemos limpio, pues Dios sabe las intenciones del corazón. Lo importante es el amor, la generosidad,-en lo mucho o poco- con lo que colaboremos. Pero a Dios  no podemos engañarlo. Tampoco olvidemos la medida de Dios que es diferente a la de los hombres.
 Ese templo de Dios hoy es la Iglesia, templo en el que nos encontramos los cristianos para celebrar nuestra fe, ofrecer sacrificios de alabanza a Dios( el único sacrificio que le agrada: la Santa Misa, la Eucaristía, el sacrificio de Jesús en el Calvario- resurrección de Jesús: este si que agrada a Dios Padre. Y se ofreció-ofrece una sola vez- porque es lo suficiente para satisfacer al Padre por los pecados de la humanidad, por la  salvación del mundo, pues es el amor de Jesús y su entrega-como la pobre viuda- la que salvó al mundo y lo sigue salvando si es que nos dejamos salvar. Estamos salvador por la Sangre de Cristo. La Eucaristía es el sacrificio del Cuerpo y la Sangre de Cristo, continuadora del único sacrificio de Cristo y se continúa en la Misa: pan partido, multiplicado y compartido. Nosotros participamos en cada Eucaristía los dias del Señor para ofrecernos al Señor lo mucho o poco que somos y que tenemos. En la Eucaristía celebramos nuestra salvación y celebramos nuestra fe unidos a los hermanos en la fe-como pueblo de Dios- que camina hacia el Padre; que escuchamos la Palabra de Dios,que nos llenamos de Dios Espíritu Santo para ser fuertes durante la semana y llevara Cristo a los alejados y serles luz del mundo, sal de la tierra, levadura en la masa, camino para llevarlos a Cristo.
 Amemos a la Iglesia, pues somos nosotros mismos; somos los bautizados incorporados a Cristo, que viven gozosos la comunión con Cristo en cada comunión hecha en gracia de Dios.
Termino recordando que ese templo verdadero  somos nosotros los bautizados en gracia de Dios. Recordemos la Palabra de Dios:"¿ No sabéis que sois templos de Dios? Que el Espíritu Santo mora en vosotros. Y ese templo sois vosotros". En definitiva todo gira en torno al Templo de Dios que el primero fue Jesús-templo verdadero, auténtico, amado del Padre y, a imitación de Jesús y, por Jesús, nosotros. cuida, limpia santifica tu cuerpo que es el templo de Dios vivo. Santa María, Madre de Dios y nuestra, templo, sagrario lleno del Dios hecho hombre intercede por nosotros para seamos templos vivos de Dios.

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