lunes, 20 de agosto de 2018

DOMINGO 21 T.O. DOMINGO 26 DE AGOSTO DEL 2018.: PRESENCIA REAL DE CRISTO EN LA EUCARISTÍA.

Este es el el último de los 5 domingo que hemos venido orando sobre el capítulo 6º de S. Juan, Juan presente en el signo de la multiplicación de los panes y peces, y luego explicar todo en la sinagoga de Cafarnaún, va progresando poco a poco en el discurso del pan de la vida; habla del maná en el desierto del pueblo  de Dios liberado de la esclavitud de Egipto, pan material para avanzar por el desierto hacia la tierra prometida, pero el pan que Él dará es el pan de vida, trabajar por el alimento duradero, no por el perecedero; ese trabajo es conocer al que el Padre ha enviado a la tierra para redimirnos, salvarnos, habla del pan de la vida y de cómo ese pan es su cuerpo, su carne de resucitado como está a la derecha del Padre, y del  mismo modo que el Padre vive y yo vivo por el Padre, el que me come vivirá por mí". Comer el cuerpo de Cristo es comer la vida divina, pues esa vida está en DIOS y nosotros al recibir al Señor estamos recibiendo esa vida divina."
 Ante esta explicación muchos se escandalizan, discuten,.. pero Jesús no rectifica, sino que ratifica las explicaciones hechas, porque son la verdad de su predicación y de su mensaje para el mundo, de ser vida para la humanidad. Muchos se van y Jesús mira a los doce y les dice:" También vosotros queréis marcharos? Nosotros ante esta situación y doctrina de Cristo debemos dar una respuesta sincera, leal, convencidos, de fe: EL PAN CONSAGRADO ES MISMO JESÚS; NO ES UNA SIMULACIÓN, UN SIMBOLISMO, UN DESEO NUESTRO, ALGO QUE REPRESENTA A JESÚS; ¡ NO!. EL PAN CONSAGRADO ES EL MISMO CRISTO HIJO DE DIOS.
  En esta conclusión del Evangelio de S. Juan capítulo 6º. Ante la pregunta de Jesús:"¿También vosotros queréis marcharos?. Responde Pedro-como lo hizo también en Cesárea- ¿ a quién vamos a acudir? Solo tú tienes palabras de vida eterna" Pedro y los demás creyeron y siguieron con Jesús. Nosotros también debemos dar una respuesta a la pregunta de Jesús: creemos, que Jesús es el Santo de Dios. Debemos dar valor y trabajar sin rendirse en lo que merece la pena: conocer a Jesús, enviado por el Padre. Los Doce le siguieron¿ por qué? Porque  creyeron en la Palabra de Cristo:" Yo soy el pan de vivo bajado del cielo, el que coma mi carne y beba mi sangre vivirá para siempre. La persona real de Cristo es la Eucaristía y que no vacilemos en esta realidad de que el pan consagrado y el vino consagrado es el cuerpo y la sangre de Cristo. El creer y seguir a Cristo en la Eucaristía es obra de la gracia de Dios y no es obra de nuestra razón, de nuestro esfuerzo, sino obra de Dios, por eso decimos al final de la consagración: "este es el sacramento de nuestra fe"." Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección; ¡Ven, Señor Jesús". Necesitamos la Eucaristía, recibir a Cristo para estar fuertes ante las dificultades que tenemos en nuestra peregrinación hacia el Padre. Al recibir a Cristo nos unimos a Cristo y en Cristo nos encontramos todos y, así forma Jesús su Iglesia., la unidad de su Iglesia, la comunidad de creyentes. Vayamos siempre  al encuentro de Cristo y que llene nuestro corazón para vencer tantas insatisfacciones que tiene el mundo. Llenemos nuestro ser de Dios. Santa María, Madre de Dios, Madre de los creyentes intercede por nosotros para que digamos como Pedro: "Señor, ¿a quien vamos a acudir? TÚ TIENES PALABRAS DE VIDA ETERNA..

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