martes, 11 de julio de 2017

DOMINGO 15 T.O. 2017. LA PARABOLA DEL SEMBRADOR.

En este domingo 15 del Tiempo Ordinario, se nos presenta Jesús instruyendo a los suyos y, en particular, a los apóstoles para explicarles el sentido de la parábola. Todos los domingos Jesús nos invita a la mesa del pan de la palabra y al Pan de la Eucaristía.
 Jesús dice: " salió un sembrador a sembrar. Al lanzar la semilla parte cayó  al borde del camino, otra cayó entre piedras, otra entre zarzas, otra en tierra buena,...
 Jesús se la explica aparte a los 12.
 El sembrador es el Señor.
La semilla es la Palabra de Dios.
el terrenos donde cae esa semilla somos nosotros.
El sembrador tiene el mismo interés en sembrar su semilla en todos; la palabra es la misma y tiene la misma eficacia siempre, pero no es lo mismo el terreno de acogida.
La Palabra de Dios cae en camino, no tiene cuerpo y los pájaros se la comen; quiere decir que el que escucha el mensaje de salvación, pero no le presta atención debida y el maligno se la arranca pronto del corazón; la palabra de Dios cae en terreno pedregoso, se oye el mensaje y de momento lo recibe con gozo, pero no echa raices, es voluble,le llegan las pruebas, persecuciones y sucumbe; la palabra de Dios que cae entre cardos, se oye el mensaje, pero los problemas de la vida, apego a las riquezas,la ahogan y no le deja dar fruto; la que cayó en tierra buena, oye el mensaje, le presta atención y da su fruto al 100, al 60 al 30 por uno.
 En la 1ª lectura ya nos insinúa el profeta Isaías:" como baja la nieve y la lluvia sobre la tierra y no vuelven sin empapar la tierra y que germine la semilla su fruto; así será la palabra que sale de mi boca no volverá a mi vacía. Aprovechemos toda ocasión de la escucha de la Palabra de Dios para que produzca su fruto en nosotros, pues la eficacia del sembrador siempre es eficaz y debemos colaborar con esa acción del Sembrador para dar el fruto deseado por Dios. Hay muchas seducciones en el mundo para sofocar la eficacia de la semilla, hay muchas sirenas que nos seducen en nuestra acogida de esa palabra, hay muchos afanes en el mundo:riquezas, placeres, riquezas,... que nos impiden que sea fértil en nosotros la palabra de Dios. Sin embargo hemos de decir que aquellos que escuchan la palabra de Dios-como tierra humilde, la acoge con sencillez da el 100, el 80, 30,...por uno, porque lo único importante es acoger la palabra de Dios-semilla-con sencillez, humildad, acogida de corazón como María. Dios se siembra en nosotros con palabras de gracia, de paz, de perdón, de gozo, de alegría, de gracia,  de misericordia,... ¡Que hermosa es la vida de la gente sencilla, humilde que se ha dejado llenar de Dios por su lluvia, por su semilla, por su gracia,.. Así se explica la doctrina del Reino de los cielos,del nuevo pueblo de Dios, que es un pueblo que huele a tierra mojada, húmeda, de la que nace la libertad, de corazón, de abrirse a la gracia de la salvación de Dios. No nos cerremos, basta con creerlo, con con compartirlo,... Cada uno de nosotros somos una tierra abonada por el señor en la que va a esparcir su semilla.Que tengamos oídos para oir y ojos para ver, corazón para acoger,
 La Palabra de Dios es viva y eficaz a través de la cual el Padre viene a nosotros para que seamos felices, comuniquemos la riqueza del reino de Dios.... Meditemos y guardemos en nuestro corazón la palabra de Dios. Que sepamos que es el mismo Cristo quien nos predica, quien nos habla. Santa María, madre de Cristo, Palabra del Padre, intercede por nosotros para que llene nuestro corazón.

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