Este Domingo de Ramos tiene dos momentos importantes y significativos. LA entrada triunfal de Jesús en Jerusalén y luego en la Eucaristía la lectura de la Pasión del Señor, según S.Marcos.; la entrada de Jesúes es de alegría, de gozo, de alabanza, de acompañamiento de Jesús en su entrada del Señor en Jerusalén para llevar a cabo la redención del género humano con su entrega en al cruz y su resurrección.
Ha llegado la "hora de Dios" ¡Cuántas veces en su vida pública le quisieron coger y acabar con Él, pero no era su hora, la hora de Dios! y ahora sí es la hora de Dios, de su entrega por amor y nada más que por amor hacia nosotros y sien do fiel a la voluntad del Padre.
Desde que se bendicen los ramos debemos ser conscientes de que empezamos en silencio, en recogimiento la Semana santa, sobre todo el TRIDUO SACRO"( MUERTE Y RESURRECCIÓN DE CRISTO). Vivir el misterio de nuestra redención interiormente el misterio de nuestra salvación, vivir más la presencia del Señor en nosotros y con nosotros que nos acompaña siempre y no nos deja jamás, que todo lo que hizo y hace es por amor a nosotros para nuestra paz, felicidad, para que encontremos motivo a sentido a nuestra vida.
Jesús en su entrega en la cruz-solo, donde todos le abandonan, lo condenan injustamente, le abofetean, escupen, coronan de espinas,... de ese modo Jesús carga sobre si todos los dolores, injusticias, sacrificios, burlas, depresiones, tristezas,... ¿ Seremos capaces de acompañar y unirnos a su sufrimiento y entrega-que es por nosotros, no lo olvidemos- para que seamos más alegres, estemos más motivados para vivir la vida y para abandonarnos por pereza de hacer el bien y todo el bien que podamos. ¡Jesús, qué solo te quedas en la cruz!, solo están María, tu Madre, S.Juan, el discipulo amado, y algunas mujeres. Está solo cada vez más y se va despojando de lo poco que le queda: entrega a su madre a Juan y Juan a que cuide de su madre, le quitan las vestiduras, solo, soledad por todas penas, trabajos, persecuciones,... Miremos a Jesús en la cruz y aprenderemos a desprendernos de tantas cosas bobas que parece que nos llenan y lo que pasa es que nos distraen de la Verdad de Dios y de su Hijo Jesucristo entregado por nosotros en la cruz. Jesús- en ese abandono y soledad de todos, clama al Padre:" Dios mío, Dios mío, ¿ por qué me has abandonado?.
Cuando te sientas solo/a mira a la cruz, mira a Jesús y tu situación cambiará, seguro. Jesús clama por la humanidad al Padre para "que los perdone porque no saben lo que hacen". Si sabemos lo que hacemos, pero nos dejamos seducir por el mundo, por la mentira del diablo, por nuestro egoísmo,...
¡ Cómo dudar del amor de Dios hacia nosotros que nos entrega su único Hijo para redimirnos! La misericordia de Dios-infinita- no se agota nunca, nos está llamando e invitando a que la usemos haciendo una buena confesión. No tengáis miedo pues la paz, la serenidad interior es indescriptible, nuestro corazón está lleno de alegría porque es una fiesta la confesión, el perdón de los pecados:" hay más alegría en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por mil que hacen penitencia. Santa María, Madre de Dios y nuestra, intercede por nosotros para que en esta Cuaresma nos preparemos para vivir la Pascua con inmensa alegría.
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