martes, 3 de marzo de 2015

DOMINGO 3º DE CUARESMA. 2015. EL TEMPLO DE DIOS.

San Juan nos sitúa a Jesús en Jerusalén en el episodio de la purificación del templo. Se señala que está próxima la fiesta de la pascua judia y sitúa a Jesús en el atrio del templo, donde se encuentran los mercaderes de animales y los cambistas de monedas. Eran actividades permitidas porque favorecían a los peregrinos llevar a cabo los sacrificios y el cambio de monedas.Sin embargo estas actividades disponen a Jesús a que los expulse porque profanan el templo, en un culto meramente exterior-esto es lo que no le gusta a Jesús, pues defiende y nos enseña un culto interior, de espíritu de verdad. Dice que el templo es la casa de oración, la casa del Padre y que la han profanado. Cuando los sacerdotes le dicen con qué autoridad hace esto Jesús les contesta destruid este templo y yo lo edificaré en tres días. Estaba hablando del templo de su cuerpo, de su muerte y resurrección al tercer día porque es Dios, el Hijo de Dios. Jesús es el nuevo templo de Dios, el templo espiritual de quien salen las aguas que saltan hasta la vida eterna, salen los sacramentos, la vida de la gracia ganada por JESÚS en su muerte y resurrección. JESÚS es el lugar donde se encuentran Dios y el hombre.
 Lo mismo que entonces se vivía en torno al templo de Jerusalén, desde la muerte y resurrección de Jesús, así debemos de vivir de Cristo y por Cristo. Debemos de cuidar ese encuentro con Cristo que nos libera del mal y del pecado, y nos devuelve la salvación y vida eterna perdida por el pecado de origen y recuperada por la muerte y resurrección de Cristo; en Cristo daremos el verdadero culto interior y de espíritu al Señor, así nos ayuda a tener una adhesión plena a JESÚS: Camino, Verdad y Vida.
 visitemos el templo con fervor para encontrarnos en la casa de Dios, casa del padre, para llenarnos de Dios y de saber escucharle con interés y con atención y confianza. También esa idea de templo es para meditar que ese templo somos también nosotros y debemos de procurar tenerlo siempre limpio, es decir no acostumbrarse a vivir en pecado, a confesarnos pronto para que Dios se encuentre a gusto en nosotros, estar siempre en gracia de Dios, pues así como CRISTO es el verdadero templo de Dios, así nosotros debemos de serlo también. Merece la pena ser cristiano, seguir a CRISTO, amar a CRISTO, imitar a CRISTO.
 Respondamos con fe, con confianza a la Voluntad de Dios, con fuerte fe para que seamos verdaderos apóstoles de JESÚS con una gran alegría, nunca tristes pues estamos salvados por CRISTO. Resucitaremos con CRISTO pues seguiremos el mismo camino por Él emprendido y tendremos el mismo destino por Él abierto y ganado para nosotros. Avanzamos en Cuaresma con alegría y con actividades propias de este tiempo para celebrar con gozo la resurrección de CRISTO y participar también su gloriosa resurrección. Santa María, Madre de Dios, Intercede por nosotros para que seamos files al Señor, llevemos a Jesús en nosotros como tú lo llevaste.

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