lunes, 2 de junio de 2014

PENTECOSTÉS. 2014. EL DON DE DIOS: ESPÍRITU SANTO

 El primer don de la pascua de Jesús es el Espíritu Santo, Amor entre el Padre y el Hijo. 50 días después de la Pascua-se concluye la Pascua con el envío del Espíritu Santo. Pascua de amor y de fuego, de gracia y de perdón, de cariño y de misericordia de Dios, de alegría y de fortaleza, de  efusión del Espíritu Santo de Jesús a su Iglesia para que se cumpliera la promesa del Padre de que íbamos a ser revestidos de lo alto, de recibir un bautismo de fuego, de Espíritu Santo.
 El Espíritu Santo es para la Iglesia-cuerpo místico de Cristo- como su alma; del mismo modo que el alma o el espíritu da vida a nuestro cuerpo para que no sea un cadáver; pues el Espíritu Santo es quien da vida a la Iglesia, la hace caminar, avanzar, realizar su misión de anunciar a Jesús a todas las naciones:" Id al mundo entero y proclamad el evangelio, el que que creyere y se bautizare, se salvará y quien se resistiere a creer será condenado; id y  bautizad en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo". Hoy estamos de fiesta, pero siempre es y hay fiesta cuando está presente el Espíritu Santo, pues es el Espíritu Santo el que nos identifica con Cristo, en que nos transforma en "otros cristos"; es el Escultor que va modelando - con su cincel-en nosotros la imágen de Jesús, el Pintor que -que con sus pinceles- va dejando en el lienzo la imagen del Señor,...
 El Espíritu Santo se vale para hacer en nosotros la imagen de Jesús de sus 7 dones: Sabiduría, Entendimiento, Consejo, Fortaleza, Ciencia, Piedad y Temor de Dios. Pues con ellos no va dando sabor-gusto- de las cosas de Dios, de las cosas sobrenaturales tantas veces oscurecidas por las cosas terrenas; Ilumina nuestra mente para que entendamos los misterios de Dios;  Nos enseña con el consejo para saber discernir en cada momento con prudencia el camino que hemos de seguir para alcanzar la bienaventuranza eterna; nos fortalece para que sepamos superar los miedos, las angustias, las ansiedades; la ciencia para que ,quitando todos los velos que no nos dejan ver la Verdad de Dios; la piedad que nos ayuda a tratar con nuestro Padre Dios como hijos muy amados-sabiendo lo que hemos de pedir y cómo lo hemos de pedir- con confianza; y que sepamos ofrecernos al Padre sin miedo porque es nuestro Amor, Padre tierno, cariñoso, que está siempre con los brazos abiertos para acogernos, recibirnos.
 El Espíritu Santo es fuego que prende en el corazón para enseñarnos a amar: es suave brisa que refresca en días calurosos y de bochorno, es agua  fresca, cristalina que apaga la sed , es aliento que nos da vida, es hermosura que cautiva y seduce y llena de satisfacción, de bienaventuranza, es el huésped de nuestras almas, es el que nos da fuerza para resistir las tentaciones que nos quieren alejar de Jesús, es la voz interior que nos indica el camino del Padre. Seamos dóciles a la acción del Espíritu Santo en la Iglesia y, por tanto, en cada uno de nosotros, es la lengua que nos hace hablar de Dios a los demás para darlo a conocer,... Invoquemos y seamos dóciles al Espíritu Santo en nuestras vidas :con la presencia del Espíritu no haya nada árido, reseco, infecundo, muerto porque todo es vida donde y cuando está Tú, ¡ Ven,oh Santo Espíritu, llena el corazón de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor!  Virgen María, esposa del Espíritu Santo, llena de los dones del Señor intercede por tus hijos para que gocemos de la presencia tuya y del Espíritu Santo.

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