Otra invitación de Jesús- en sus enseñanzas- en la subida a Jerusalén es: " fuego vine a traer a la tierra, ¿ Y qué deseo sino que arda? Este fuego es su bautismo, su pasión, muerte, resurrección y ascensión al cielo( realizando así la redención de la humanidad). Este fuego es una realidad de su venida : prender fuego, el fuego del amor, de saber vivir y comunicar el amor de Dios y la caridad de los cristianos entre nosotros y con los demás que nos son creyentes. Para pasar un bautismo de dolor, de sufrimiento, de cruz para darnos la vida, pues de ese crucificarse nos gana la vida, la salvación y nos la comunica por los sacramentos, empezando por el Bautismo. Ese fuego, ese amor es por amor a los pecadores, a su perdón, a su salvación, a buscar y salvar lo que estaba perdido: Recuerda las parábolas de la misericordia:" El hijo pródigo, la oveja perdida, la dracma perdida,..." "Cuando yo sea levantado en alto atraeré a todos hacia mi" dice también Jesús. Ese fuego es también la luz de la fe-recuerda:año de la fe- que es seguridad de lo que esperamos y prueba de lo no vemos. Es la luz de la fe-recuerda la última encíclica del Papa Francisco- es luz y es fuego que alumbra, ilumina nuestro interior para encontrar a Jesús, conocerlo, amarlo, seguirlo y comunicarlo a los demás saliendo de nosotros mismos para ir a los demás hermanos; esa misma fe que es exigente para seguir a Jesús, pues no podemos seguir a Jesús" a la carta", sino tener el " menú del día". Esa fe que muchas veces nos va a hacer sufrir porque tendremos la cruz de cada día-algunos muy pesada-pero con Él-que nos ayuda- la podremos llevar con alegría porque es el paso a la vida. Esa fe nos hace ser responsables, comprometidos con la doctrina de Jesús y de su Iglesia. Ser fieles a Jesús, al Evangelio, a la Iglesia es difícil, pero nos llena de esperanza porque vamos bien y por le buen camino. No nos sintamos nunca cansados de buscar y encontrar, de seguir y amar a Jesús; de darlo a conocer a los demás con fundamento y verdad.
Jesús tuvo que soportar muchas dificultades, oprobios, escupitajos, flagelación, coronación de espinas, crucifixión,... por los pecadores, es decir: por nosotros. Este evangelio puede parecer muy radical, pero debemos de entender que Jesús no vino a traer la guerra al mundo: entre la familia, entre los esposos, entre padres e hijos, entre unos y otros, no esa división y guerras las tare la injusticia,, los odios, las envidias, las faltas de los valores del evangelio, de valores cristianos, de tener a Cristo, cuando nos falta Dios, nos falta todo y si lo tenemos lo tenemos todo. Llénate de Cristo. Ama a Cristo. El quiere reinar en nuestros corazones llenándonos de paz. Fíjate que Jesús nos trae la paz y no la guerra; nos da el amor y no el odio; nos da la verdad y no la mentira; nos da la santidad y la gracia y no el pecado-por esto vino al mundo para salvarnos del pecado; para enseñarnos la justicia y no las injusticias y los egoísmos humanos; no la ambición y sí la generosidad; la alegría y no la tristeza;... Miremos Jesús que es Camino, Verdad y Vida. Miremos a nuestros hermanos los mártires cómo entregan su vida por Cristo: Los mártires del siglo XX de España y del mundo entero, pues fijaros que cada año son mártires en el mundo unos 100.000 hermanos cristianos. Madre de Dios y nuestra intercede por nosotros, us hijos, para que sepamos seguir a Jesús con la cruz de cada día con el fuego de la fe y del amor que trajiste a la tierra y deseas que arda en mi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario