En esa subida de Jesús a Jerusalén del domingo pasado, Jesús sigue avanzando y anunciando el Reino de Dios y preparando a sus discípulos para que sigan realizando esa tarea después de su Muerte y de su Resurrección. Por eso hoy envía a sus discípulos de dos en dos a todos aquellos pueblos donde pensaba ir Él. Son "enviados para una misión", como el Padre le envió a Él: " Como mi Padre me envió, así os envío yo". Además de los Apóstoles, envió otros 72, que son enviados también para colaborar en la siembra del Reino de Dios, tarea misionera. La tarea de la Iglesia es esencialmente: ser misionera, llevar el anuncio del Reino de Dios a todo el mundo, a todo hombre, no es sólo de los sacerdotes, obispos,... es tarea de todos los bautizados, todos somos enviados, no escurramos la responsabilidad divina y satisfactoria de anunciar a todo ser humano la doctrina del Reino de Dios, de ser testigos de Jesús y de su doctrina, esa es la misión de toda la Iglesia; no hablarán en nombre propio, sino en nombre de Jesús y les da unas recomendaciones que lleven solo lo necesario, ser pobres, no detenerse ante las cosas que nos puedan distraer para la misión, para el envío, saluda con el saludo de la paz, anunciar la urgencia del Reino de Dios, la proximidad de dicho Reino, de la salvación del género humano.Les da unos poderes con esa misión, con ese envío, hacer lo que hace Jesús: curar enfermos, expulsar demonios, anunciar el Reino a los que lo quieran escuchar y a los que no los quieran escuchar, los rechacen, deben anunciar el Reino de Dios, pero para estos como testimonio del juicio que les esperará también. Debemos orar al Padre de la mies que elija obreros para trabajar en su mies, El es el que puede suscitar los obreros necesarios para trabajar por la salvación del mundo. El Señor quiere animarnos a que no nos angustiemos, ni agobiemos por falta de obreros para la mies, pues el Señor es el dueño de la viña y sabe lo que tiene que hacer, cuando y cómo, nosotros hagamos lo que debemos hacer provocar situaciones favorables en la familia, en el hogar, en el ambiente, en el culto,...
Los discípulos, al volver de la misión vienen con mucha alegría porque hasta los demonios les obedecían, pero no es por sus personas, sino por el poder y presencia de Dios con ellos y en ellos en favor del reino de Dios, pues el Señor no deja solos a sus apóstoles, que se sacrifican y se entregan por Jesús en favor del reino de Dios y de todos los hombres-.mujeres del mundo. Termina Jesús diciendo:" No os alegréis porque los espíritus se os someten, sino alegraos porque vuestros nombres están escritos en los cielos". Hoy es difícil escuchar la llamada de Dios a tantos jóvenes porque el mundo les presenta y mete en su cara las comodidades, placeres mundanos, la droga, el alcohol,( estos dos que tanto matan a la y se enriquecen sin conciencia a otros)juventud vivir sin vivir, sentirse vacíos, insatisfechos, sin un norte u orientación de saber servir a Dios y a los demás, sin nada más que por amor a Dios y a los hermanos. Oremos por las vocaciones sacerdotales y religiosas para que sirvan fielmente a las comunidades( Parroquias) de fe. Asumamos cada bautizado nuestra tarea o misión dentro del Reino. Dediquemos tiempo a formarnos en la fe y a transmitirla, para esto es el año de la fe. Santa María, Madre de Dios y madre nuestra, Reina de los Apóstoles ruega por nosotros.
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