Jesús sigue subiendo a Jerusalén. No se detiene ante ninguna dificultad. Llega a Betania y tres hermanos le reciben( Marta, María y Lázaro). Podríamos pensar - a primera vista- que se trata de contraponer la vida contemplativa y la vida activa y no es así. Son dos ejemplos de una vida en camino hacia la casa del Padre; pero lejos de contraponerse se complementan y se ve de modo especial y perfecto en Jesús, pero en los humanos nos resulta más difícil conjugar la contemplación y la acción.. No interesa tanto lo que hacen Marta y María y sus acciones, sino la enseñanza de Jesús.Todas las comparaciones son odiosas y en este caso también. Por una parte- como humanos que somos- queremos estar unidos al Señor que es lo que nos da fuerzas y energías para seguir a Jesús, el Hijo de Dios y, por otro, ser hospitalario con los huéspedes. Mal podemos ser hospitalarios con los hermanos si no somos contemplativos, estamos unidos a Jesús y recibimos a los demás como a Jesús. Lo que se trata es de que seamos modelos de seguir a Jesús: escuchando la Palabra de Dios y recibir a los demás como a Jesús mismo( lo que hicistéis con un de estos mis hermanos, conmigo lo hicistéis). María escuchaba la Palabra de Dios( Jesús presente en persona), aceptaba su palabra, la saboreaba, la conservaba ( a semejanza de María, la Madre de Jesús, que " conservaba todas las cosas meditándolas en su corazón". Marta porque se dedicara a las labores del hogar y preparar lo mejor y, con todo su corazón, ofrecérselo a Jesús, no quiere decir que despreciara la Palabra de Dios, escuchar a Jesús. Mira como Jesús no regaña a Marta, sino que la invita a buscar lo mejor: escuchar la palabra de Dios, escuchar a Jesús y luego llenos de Dios servir a los demás como al mismo Jesús.
Nos está indicando Jesús que debemos abrir las puertas de nuestra casa y el que llega sea el centro de nuestra atención, que se encuentre como en su casa, alegre,... Trata a los demás como quieras que los demás te traten a ti; y haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti. Cuando abrimos la puerta a los hermanos, como los hermanos de Betania a Jesús, es abrirnos al Evangelio, abrirnos a Jesús. En estos tiempos del verano, de tantas vacaciones que sepamos abrirnos a la armonía y convivencia de los demás, haciéndoles su estancia entre nosotros sea plena y satisfactoria, que sepamos también ayudar a los demás cuando seamos invitados a algún sitio, saber colaborar, participar. Ser hospitalario es saber lo que nos dice Jesús y recuerda S.Mt. " Venid, benditos de mi Padre; porque fui peregrino y me hospedasteis " Os ruego que invitéis a Jesús a vuestra vida y, que sepáis que al acoger a un hermano necesitado a Él acogemos. Virgen María, ayúdanos a saber acoger a Jesús y a los suyos como tu lo has hecho escuchando y creyendo la Palabra. de Dios.
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