En este domingo 23 del Tiempo Ordinario nos presenta a JESÚS curando a un sordomudo que le presentan.
San Jerónimo nos dice en uno de sus escritos:" Desconocer las Sagradas Escrituras es desconocer a CRISTO; conocer las Sagradas Escrituras es conocer a CRISTO. Nosotros debemos dedicar más tiempo a meditar las Sagradas Escrituras, pues toda la Escritura nos lleva a CRISTO, CRISTO ES EL CETRO DE LA BIBLIA. Ya en el Génesis nos habla de la promesa de un salvador:" Pongo enemistas entre ti y la mujer, entre su linaje y el tuyo"(Gn. 3,15). Luego los patriarcas y, sobre todo, los profetas, elegidos por DIOS para hablar en su nombre, van ayudando a perseverar en la fe y en la esperanza al pueblo de Israel,van delineando la personalidad de ese futuro salvador. Miremos la 1ª lectura de este domingo.Isaías es ideal para anticipar, por inspiración de DIOS las señales de la presencia de su HIJO en el mundo, incluso nos fija los dolores, sufrimientos del " siervo doliente"." Los ciegos ven, los cojos andan, los sordos oyen, los mudos hablan,..." En el Evangelio vemos en diversos pasajes como se cumple todo en CRISTO.Cura leprosos, enfermos, resucita muertos, sana ciegos, mudos, sordos,... Se ve que se ha cumplido la Escritura en la persona de CRISTO, EL HIJO DE DIOS, enviado por el PADRE al mundo para la salvación del mundo. Las gentes ven todo lo que hace y oyen lo que dice y se van agregando a sus enseñanzas y le siguen. Se admiran de lo que hace y dice: " Todo lo ha hecho bien": " Hace hablar a los mudos y oir a los sordos". Esto mismo debe interpelarnos a nosotros los cristianos de hoy porque las obras de misericordia, de caridad, de amor arrastran a seguir a CRISTO.
Miremos a CRISTO como el que sana, cura y salva; nos cura,sana y salva como nadie.; Él es el único Salvador y no tenemos otro puesto por el PADRE para salvarnos.Salva a la persona( cuerpo y espíritu), el único que puede hacernos plenamente felices, el que puede dar sentido pleno a mi vida, caminar por el desierto de esta vida con alegría y esperanza amando a DIOS con todas mis fuerzas y corazón y a los demás como a uno mismo. Él es el que puede devolvernos la salud del cuerpo si nos conviene. Si los primeros discípulos y, sobre todos los Apóstoles, hacían signos, como se lo advirtió el Señor, ¿ Por qué nosotros no hacemos signos como lo dice el Señor. Nos falta fe, confianza, oración, comunión con Él y con los hermanos, escuchar con atención e interés la Palabra de vida, pedir perdón de nuestros pecados en confesión, recibirle con amor y fervor en la comunión,...En una palabra que JESÚS este realmente viviendo en nuestras almas, dejarnos llevar de la acción del ESPÍRITU SANTO. Al celebrar esta Eucaristía que el Señor nos llene y nos siga salvando a toda la humanidad, aceptemos a CRISTO y Él nos curará de todas los dolencias humanas y espirituales. Virgen María, Madre de DIOS, y nuestra intercede por nosotros para que la gracia y la misericordia del Señor siga actuando en todos y cada uno de nosotros.
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