jueves, 16 de agosto de 2012

DOMINGO 20 TIEMPO ORDINARIO ( 2)

Continúo con la reflexión anterior de que esta parte es un discurso de la Eucaristía, recalcando como su carne es verdadera comida y su sangre  es verdadera bebida. lo necesario que es comer su carne y beber su sangre para tener la vida eterna. Todo esto lo va a realizar el SEÑOR en la Última Cena. Nuestra actitud ha de ser adorar al SEÑOR  en la Eucaristía porque JESÚS está realmente presente y es a DIOS  a quien reconocemos y debemos adorar como lo hacen los ángeles, los santos en el cielo y los que creemos en JESÚS y su PALABRA. Debemos también dar gracias a DIOS porque, si bien, subió al cielo de donde bajó, también se quedó con nosotros y para nosotros porque Él sabe que le necesitamos. ¡Cómo debemos de ser siempre agradecidos al SEÑOR por todo lo que hace por nosotros!. También debemos de ser conscientes de los muchos pecados de sacrilegio que se cometen contra el SEÑOR en la Eucaristía, y, Él sabiéndolo, se queda en el sagrario. Visitar y acompañar al SEÑOR para reparar, en lo que podamos humanamente, las ofensas contra el AMOR. Debemos de pedir perdón porque muchas veces nosotros le olvidamos. Acompañemos a JESÚS EN LA EUCARISTÍA. Miremos a María porque Ella sabe muy bien cómo se hacen las cosas y cómo se agrada a DIOS. Tú, María, que fuiste el primer sagrario vivo en tu peregrinación a tus primos; Que hiciste la primera procesión del CORPUS desde Nazaret a Judá. María, ayúdanos a ser almas eucarísticas, a saber amar, adorar, desagraviar, orar, escuchar al SEÑOR en el sagrario y visitar lo a menudo: GRACIAS SEÑOR.

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