martes, 6 de diciembre de 2011

TERCER DOMINGO DE ADVIENTO. 2011



En este tercer domingo del Adviento cabe destacar la virtud de la alegría. Antes se llamaba domingo " Gaudete": Gozad, alegraos". ¿Por qué?. Porque el Señor está cerca, más cerca. Siempre tenemos alegría cuando nos encontramos con una persona que queremos y nos hace bien. Pues el Señor que viene a salvarnos está más cerca , en todos los sentidos, y esto ha de ser motivo de gozo para los que nos encontramos con JESÚS, tenemos al Señor en nosotros.
Otra nota del evangelio de Marcos es la identidad de JESÚS. Pues cuando los enviados de los judios le preguntan a Juan el Bautista: "¿ Tú quien eres?". Juan confesó sin reservas:"No soy el Mesías, ni Elias, ni el profeta. Entonces "¿ Quien eres?". Juan contestó :" Yo soy la voz que grita en el desierto, allanad el camino del Señor. " No soy la luz, sino testigo de la luz". Juan es mensajero que tiene la alegría de anunciar la esperanza y preparar el camino del Señor.
El cristiano del siglo XXI también tiene una misión como Juan: " Anunciar la llegada del Señor, ser la voz que invita a los hombres y mujeres de nuestro tiempo que debemos ocupar más tiempo en invitarlos a prepararse para recibir al Mesías, al Salvador. ¿Cómo? Siendo testigos de CRISTO en medio del mundo de hoy que tanto necesita y busca a JESÚS y que por falta de DIOS en su vida le falta la alegría de esa esperanza y presencia de JESÚS :Ya entre nosotros.
¿Dónde? en la familia, con los vecinos, con los amigos, en el trabajo, en los momentos de ocio,... y esto no sólo a nivel personal, sino también de comunidad. La Iglesia y los cristianos no somos la luz, sino testigos de la LUZ, CRISTO: Sólo Él ilumina.
En este domingo se nos invita a tener alegría, vivirla, comunicarla a un mundo muy triste por las diversas circunstancias actuales y, sobre todo, por la ausencia de DIOS en nuestras vidas y en el mundo. Ayudemos a que el mundo encuentre a DIOS y, por ende, la alegría de vivir, de aceptar la salvación que nos trae el Hijo de DIOS: JESÚS. La presencia de DIOS, ESPÍRITU SANTO nos trae la alegría. Mirad cuando Gabriel anucnia a María: "Alégrate, María..." Cuando María va a visitar a su prima Santa Isabel y la saluda:" Juan el Bautsita da saltos de alegría en el vientre de su madre Isabel" La presencia del ESPÍRITU SANTO da alegría y gozo duradero, permanente, no las alegrías baratas del mundo que se esfuman al momento y que no dejan huella. La alegría dice Santo Tomás:" Que es el primer efecto del amor y, por tanto, de la entrega." La verdadera alegría es haberse encontrado con DIOS, aunque tengamos ambientes muy adversos a la vida de la fe. Busquemos conocer más intensamente al Señor que ya está con nosotros, disfrutemos de Él y preparemos la llegada a nuestras personas con compromiso, con esfuerzo y sacrificio. Virgen María, ayúdanos a preparar en conciencia los caminos al Señor que viene a salvarnos y no a condenarnos.

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