miércoles, 25 de mayo de 2011

DOMINGO VI DE PASCUA. 2011.LA FUERZA DELESPÍRITU.




Seguimos con JESÚS en el Cenáculo. JESÚS sigue en el discurso de la despedida. Hoy el evangelio nos indica cómo va creciendo el cristianismo; crecía por la fuerza del ESPÍRITU SANTO. Se van superando las barreras localistas, cominzan las persecuciones y los apóstoles y discípulos se dispersan y donde van exponen el evangelio de JESÚS, y los oyentes se adhieren a la comunidad creyente en el Resucitado: en JESÚS. JESÚS se va y se queda con nosotros en la Eucaristía como alimento necesario para recorrer el camino. JESÚS no nos deja huérfanos nos va dar el primer don de la Redención: EL ESPÍRITU SANTO.
La presencia de JESÚS llenaba de confianza a los suyos, no temían nada porque estaban con JESÚS, pero al ausentarse JESÚS para volver al PADRE de donde salió, no los deja solos, les promete el ESPÍRITU SANTO. Para un cristiano la presencia de JESÚS es lo que de verdad anhelamos. Supone todo lo bueno, el amor, la belleza, la fuerza de lo alto, de lo divino,... manifestado en JESÚS. y va a estar junto al PADRE intercediendo siempre por nosotros. por eso os conviene que me vaya. Os voy a preparar un sitio para que ocupéis vuestro lugar reservado por el PADRE. Y cuando me vaya, el PADRE y yo os mandaremos un ABOGADO, UN DEFENSOR que os acompañará siempre y os enseñara interiormente todo lo que os he dicho. Si nos dejamos llevar con docilidad por la acción interior del ESPÍRITU SANTO haréis siempre la Voluntad del PADRE, tendréis una vida dentro de vosotros plena, de felicidad, hablaremos con el PADRE "porque el ESPÍRITU SANTO ora en nosotros con gemidos inenarrables"
Si me amáis guardaréis mis mandamientos. El que cree en el Señor, que es Amor, debe amar y, si ama, vivirá los mandamientos de DIOS. Por eso, si cumplimos los mandamientos demostramos que amamos a DIOS, el que no ama no los guarda. Amemos, de verdad, y no de mentira a JESÚS y se notará en nuestra vida porque amaremos también a los hermanos. Invoquemos al ESPÍRITU SANTO para que nos fortalezca en la vida cristiana, en la vida interior. María, Madre de DIOS y nuestra alcánzanos la gracia de amar a DIOS y a los hermanos haciendo en torno nuestro una convivencia pacífica, serena, esperanzada. Amén.

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