El profeta Ezequiel en el capítulo 34 habla de parte de DIOS cómo Él es el Pastor que cuida de su pueblo y pedirá cuentas a sus pastores que se cuidan a sí mismos y no cuidan de las ovejas. Esta imágen del Buen Pastor que recoge S. Juan en el capítulo 10, JESÚS habla de sí mismo como el Buen Pastor, que da la vida por sus ovejas, va delante de las mismas, busca, hasta encontrar, a la perdida, curarla, y llevarla sobre sus hombros. Todo por amor. El que es buen pastor entra por la puerta, el que no es buen pastor no entra por la puerta, y entra por otra parte, es un bandido. "Él es la puerta" por donde entran las ovejas para pernoctar en el cercado. Para alcanzar la salvación debemos de seguir al Buen Pastor porque Él va delante y nos conduce a buenos pastos, nos da la vida porque Él vino para que tengamos vida y vida abundante. El Señor es mi pastor y nada me falta, me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas, prepara una mesa ante mi... JESÚS nos conoce y nosotros le conocemos, reconocemos su voz y le seguimos. Hay un conocimiento mutuo entre Él y nosotros: sus discípulos. No somos números para Él, somos personas y quiere salvar a la persona entera: alma y cuerpo. Él nos quiere como somos con nuestras virtudes y defectos. Él nos conoce, pero ¿Le conocemos nosotros a Él? En la oración, en la frecuencia de sacramentos, en la participación de la Misa, en los más necesitados,...Como Él hizo y hace con nocotros? El es mi alimento en la Eucaristía. Me guia por caminos seguros y no me perderé porque me lleva a la presencia de DIOS PADRE.
Ante el evangelio de hoy debemos también interpelarnos sobre nuestra oración por las vocaciones sacerdotales, para que ejerzan el ministerio de CRISTO en la entrega y servicio a los demás hermanos, teniendo una opción fundamental por CRISTO. El sacerdote presta sus pies, sus manos, sus labios a CRISTO para buscar las almas que buscan al Señor, para bendecir, para hablar de CRISTO y llevar a CRISTO a las almas que le buscan. ¡Qué hermosa es la vocación al sacerdocio! Es un don de DIOS al mundo- como rezaba el lema del día del Seminario- ¡Cuántos podrían ser sacerdotes si orásemos más al Señor para que envie obreros a su mies ya que la mies es mucha y los obreros pocos. El sacerdote católico es un servidor de la Comunidad de fe, intentando imitar al Buen Pastor que vino" no a ser servido, sino a servir y dar su vida por nosotros , por la humanidad entera". El sacerdote nos perdona los pecados, nos administra los sacramentos, nos da al Señor en la Eucaristía, nos prepara para el encuentro con el Señor de cara a la vida eterna, bendice vuestro matrimonio en nombre del Señor, es tu confidente en tantos problemas como se tienen en la vida humana. Oremos por la vocaciones sacerdotales para que haya más vocaciones al ministerio sacerdotal; oremos también por los que ya lo somos para que seamos mejores y estemos siempre al servicio de los fieles. Pidamos a María para que interceda a su Hijo, Sacerdote Eterno, verdadero y único sacerdote, para que nunca falten sacerdotes en su Iglesia Santa para el bien de sus miembros.
Ante el evangelio de hoy debemos también interpelarnos sobre nuestra oración por las vocaciones sacerdotales, para que ejerzan el ministerio de CRISTO en la entrega y servicio a los demás hermanos, teniendo una opción fundamental por CRISTO. El sacerdote presta sus pies, sus manos, sus labios a CRISTO para buscar las almas que buscan al Señor, para bendecir, para hablar de CRISTO y llevar a CRISTO a las almas que le buscan. ¡Qué hermosa es la vocación al sacerdocio! Es un don de DIOS al mundo- como rezaba el lema del día del Seminario- ¡Cuántos podrían ser sacerdotes si orásemos más al Señor para que envie obreros a su mies ya que la mies es mucha y los obreros pocos. El sacerdote católico es un servidor de la Comunidad de fe, intentando imitar al Buen Pastor que vino" no a ser servido, sino a servir y dar su vida por nosotros , por la humanidad entera". El sacerdote nos perdona los pecados, nos administra los sacramentos, nos da al Señor en la Eucaristía, nos prepara para el encuentro con el Señor de cara a la vida eterna, bendice vuestro matrimonio en nombre del Señor, es tu confidente en tantos problemas como se tienen en la vida humana. Oremos por la vocaciones sacerdotales para que haya más vocaciones al ministerio sacerdotal; oremos también por los que ya lo somos para que seamos mejores y estemos siempre al servicio de los fieles. Pidamos a María para que interceda a su Hijo, Sacerdote Eterno, verdadero y único sacerdote, para que nunca falten sacerdotes en su Iglesia Santa para el bien de sus miembros.
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