lunes, 25 de abril de 2016

DOMINGO 6º DE PASCUA. 2016. LA PRESENCIA DE DIOS EN NOSOTROS.

 Jesús en el Evangelio del domingo pasado, nos exhortaba a vivir el mandamiento nuevo del amor fraterno, sigue en este domingo  recordando ese amor y da pasos adelante  en su regreso al PADRE.
 Pero no nos olvidemos de que seguimos en tiempo pascual, tiempo de alegría desbordante, de gozo interior intenso.Es posible que a medida que pasan los días vayamos bajando la guardia de esa alegría y vivencia del RESUCITADO, Unas veces por cansancio, o quizás por acostumbrarnos y, esa primera y fuerte alegría, se va diluyendo- El Evangelio-discurso de despedida tras la celebración de la última Cena- Jesús dispone a los suyos para el momento de su partida hacia la derecha del Padre, de donde salió enviado por el PADRE PARA SALVARNOS. Ha realizado fidelísímamente  la misIón del PADRE. El Señor nos hace tres promesas que se ven claramente en el evangelio de este domingo:a) Presencia de Dios. b) Presencia del Padre  y del Hijo fortalecida por la presencia del Espíritu Santo.c) El Señor nos el don de la paz.
 Cristo resucitado sigue presente entre nosotros, en su Iglesia. Nunca nos deja huérfanos, no da su Espíritu, nos da a su Madre,.. No estamos solos ni huérfanos. Su Espíritu santo está presente en su Palabra, está en los sacramentos, en la oración, en la comunidad,...Esa presencia de Dios nos seguridad, certeza,confianza, nos ayuda  superar nuestra debilidad ante la contrariedad, dolor, sufrimiento, adversidad, pruebas,  humillaciones, reveses,...Nos ayuda siempre. No se cansa nunca de nosotros porque nos ama. Siempre está con nosotros para levantarnos si caemos por ser muy débiles y quiero recordar una frase el papa Francisco:" No hay santo sin pasado, ni pecador sin futuro".
 Cristo nos da el don de la paz, no como la da el mundo que son muchas veces palabrería y nada más o poco más, paz que no es ausencia de guerras-que hay muchas en nuestro mundo de hoy- la paz de Jesús es serenidad, orden, perdón, misericordia, convivencia armónica, es gozo en el corazón. PAZ don de Dios que debemos acogerlo, mimarlo, agradecerlo y comunicarlo, es, por otra parte, poseer a Dios en nosotros porque cumplimos sus palabras, amamos, recibimos los sacramentos de curación o confesión y la Eucaristía o alimento para la vida eterna.Paz del que vive en paz consigo mismo, unido a Dios, en armonía con los hermanos. También indica que debemos desterrar el odio, el rencor, la violencia, la venganza y que reine en nosotros y en los demás el Reino de Dios.
 Necesitamos vivir más en la comunidad y con la comunidad y para la comunidad-entendamos Iglesia- porque ahí también se siente vivamente la presencia de Dios, la paz, el amor y se fortalece.
 La Eucaristía que celebramos es la fuente de ese amor de Dios hacia nosotros y de nosotros hacia Dios y hacia los hermanos y se celebra con alegría la fe, la alegría interior y exterior. Estamos unidos a Cristo en la Eucaristía  cuando participamos-no debemos-si somos creyentes-perder ninguna misa los domingos y festivos pues en la Misa aumentamos y fortalecemos la fe, el amor, la unidad con Dios y los hermanos. En la misa,Eucaristía, tenemos todo porque tenemos a Jesús y Jesús nos dijo:" El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mi y yo en él". Estamos en cada misa actualizando la presencia del Redentor en la cruz y en la resurrección. Que Dios quiera que tengamos paz  con Dios, en nosotros, entre nosotros,  Y en el mundo entre los hombres y los pueblos. Santa María, Madre de Dios y nuestra REINA DE LA PAZ, ruega por nosotros.


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