El capítulo VI de S. Juan nos habló del pan de la vida, de una promesa de la futura Eucaristía, instaurada por Jesús el JUEVES SANTO y La EUCARISTÍA DE LA CENA DEL SEÑOR, PLASMAR ANTICIPADAMENTE EL MISTERIO PASCUAL: MUERTE DE JESÚS EN LA CRUZ Y SU RESURRECCIÓN. Este misterio de amor, de entrega, de redención, de paga por mis pecados, de pasar Jesús la vergüenza que debía pasar yo por mis culpas.
Demos gracias a Dios y a su Hijo Cristo que se entregó por mis pecados para liberarme y del Epíritu Santo que nos aplica los méritos de Jesús a nuestras almas por los sacramentos , la oración, los sacrificios,...
Volvemos al Evangelio de San Marcos, que hoy toca , nos presenta a Cristo descubriendo la hipocresía de los fariseos., que se ocupan de cuidar mucho el exterior, y descuidan su interior, de lo importante que es el descuido de lo bello que s el interior del ser humano, y que de del interior del hombre, de su corazón salen las cosas buenas y las malas. Salen las bondades y maldades del hombre.
Dios quiere que seas feliz, que te llene Dios el corazón, que purifiques el corazón. Pues para ver a Dios debemos purificarnos, porque Dios es puro. O nos purificamos aquí o luego, vale más aqui porque soy libre y lo hago con libertad y voluntad, con amor. Cuando Dios ocupa mi corazón va todo sobre ruedas.
La Ley de Dios no ha de ser una carga, sino una liberación, para vivir como hijo de Dios. La ley suprema del Señor, nuestro Dios es: EL AMOR.
Los fariseos daban más importancia a las normas que se iban imponiendo por sus autoridades en el centro de su vida y olvidaban la Ley de Dios. Las normas que se imponían ellos eran unos 623 normas.Esto no es dificil, sino imposible, vivían por ellas, pero eso es incumpible. Adoremos al Señor y su ley liberadora que era admiración de los pueblos vecinos que veían unas leyes sabias las leyes de Israel.
Dios quiere que le amemos desde la libertad y el corazón y no por obligación, No -pudiendo imponer las cosas-no las impone, sino que las explica, invita, ayuda a que lleguemos al final de sus promesas.. Cuando no hay dicotomía entre mi corazón y la voluntad de Dios sale un corazón lleno de gracia de Dios que le alaba, agradece, adora y nos sentimos alegres, gozosos, felices con la presencia de Dios y mi corazón limpio , sincero ,conforme a la voluntad de Dios. No cumplamos por cumplir, sino porque el ESPÍRITU SANTO ESTÁ IDENTIFICANDO MI VIDA CON LA VOLUNTAD DE DIOS, AMOR A DIOS Y AMOR A LOS DEMÁS, SERVIR AL PADRE POR AMOR Y SERVIR A LOS DEMÁS POR AMOR.
Santa María, Madre de Dios y mía, intercede por cada uno de nosotros para que vivamos con corazón limpio como quiere el Señor, un corazón como el tuyo Madre.