Por un lado tenemos como un señor sale a contratar obreros para trabajar en su viña y hay unos que son contratados a primera hora del día, otros a medio día, otros a media tarde y otros al oscurecer. Hay personas que está esperando ser contratadas y ganar el pan diario; El susodicho señor sale varias veces en el día. Se ajusta con los primeros en un denario y el dueño manda a su capataz que empiece a pagar por los últimos contratados y les da un denario-igual que a los contratados con un denario. Llegan los primeros y esperan recibir más pues han llevado el peso del trabajo y del bochorno. Protestan; pero el amo les dice que no va a ser bueno aunque otros sean malos, o no puedo hacer lo que quiera en mis asuntos. Los últimos reciben lo mismo que lo ajustado con los primeros.
El asunto es que nos son los obreros los que se ofrecen al trabajo, sino que son invitados . Dios nos llama a todos: a unos a primera hora y otros a otras horas, pero no debemos sentirnos perjudicados pue el pago del trabajo es : EL PREMIO DE LA VIDA ETERNA. ES DIOS MISMO. NO NOS HACE AGRAVIO. PUES LO IMPORTANTE ES LA SALVACIÓN Y SALVACIÓN DEL MUNDO COMO LO HIZO Y HACE JESÚS.
Somos llamados a trabajar por el Reino de Dios desde el mismo momento de nuestro Bautismo. El trabajo por trabajar -como Jesús- es para nosotros un PRIVILEGIO CON UN PREMIO PRECIOSO ETERNO Y DE GOZO Y FELICIDAD ETERNA. Sintámonos orgullos de seguir a Cristo y trabajar por Cristo y con Cristo y que esperemos con confianza el premio ganado por Cristo.
Todos debemos trabajar por el REINO DE LOS CIELOS. DIOS NOS LLAMA Y SIGUE LLAMANDO Y NOSOTROS DEBEMOS DE S EGUIR TRABAJANDO CON ESMERO POR ESE REINO DE LOS CIELOS. El trabajo en la viña del Señor es un trabajo humano de la viña, pero el jornal, el pago es la GLORIA ETERNA, LA VISIÓN Y DISFRUTAR DEL AMOR Y VIDA DE DIOS. No reduzcamos nuestro trabajo humano en la viña como algo solo material, sino démosle la dimensión divina, sobrenatural y de eternidad. Estemos comprometidos/as con Cristo para vivir y trabajar sin desmayo por el REINO DE DIOS. Somos unos priviligiados y elegidos por el Señor para trabajar en la viña, su viña.
Ciertamente no tengamos envidia de los que sean llamados a última hora u otra hora, sino alegrarnos porque por la gracia y llamada de Dios y fruto también de nuestra colaboración con Cristo para que se llene el cielo y vida feliz. Alegría por la disposición "del Señor que todo lo hace bien y que pasó haciendo el bien"
Santa María, Madre de Dios, y nuestra intercede por nosotros para seamos trabajadores alegres en la viña del Señor.
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