Lo que aparece como una derrota en la cruz es el camino de la luz, de resurrección, pues se somete a la cruz para vencer a la muerte y vencer el pecado del hombre y pagar por ese pecado.
Hoy meditemos en silencio contemplando a Jesús en la cruz realizando la voluntad del Padre, que aunque aparece por ÉL ABANDONADO, NO ES ASÍ. ES UN GRITO DE JESÚS DE CONFIANZA Y ABANDONO EN EL PADRE, Y DE ESTAR REALIZANDO LA MISIÓN ENCOMENDADA. Nos indica esta dura prueba que el pecado del hombre es muy grave en ofensa a Dios y, por otra parte, el amor infinito de Dios hacia nosotros, que no perdona a su HIJO, para perdonarnos a nosotros por Jesús, soportó los sufrimientos que merecíamos nosotros, pues los que hemos pecado somos los hombres y mujeres, no Jesús, pero el inocente paga por los culpables.
Jesús no huyó ni rehusó la cruz, cada un o de nosotros, los que queramos ser discípulos suyos, leales, sinceros tampoco debemos rehuir de la cruz diaria, la que nos toque, no la que escojamos.
La demostración de esta entrega en la cruz por amor es lo que ha predicado en su vida humana. " un mandamiento nuevo os doy, que os améis los unos a los otros como yo os he amado" y " nos amó hasta el extremo". " y habiendo amado a los suyos, que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo, hasta entregar su vida en la cruz y, desde la cruz y el sepulcro resucitar . Oremos ante el CRUCIFICADO EN EL SILENCIO, LA LUZ DE LA FE, LA ALEGRÍA DE LA LIBERACIÓN, Y DEL DISFRUTE QUE NOS CONSIGUE EN LA VIDA ETERNA.¡Qué amor, el tuyo, Señor para con nosotros! Santa María, Madre de Dios, que estuviste con dolor, lágrimas, al pie de la cruz, acéptame como hijo.
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