Debemos ir recuperando el sentido del domingo como algo necesario para la vida espiritual y de alabanza a Dios-a quien todo se lo debemos, queramos o no, creamos o no- y le adoramos, le agradecemos,... El domingo es algo sencillo que debemos cultivar para afianzar y fortalecer cada domingo-día del Señor- contemplándolo muerto y resucitado por mis pecados y justificación.
Jesús para anunciar el REINO-QUE EMPIEZA EN Y CON ÉL- lo explica con unas parábolas muy sencillas del campo y muy inteligibles para aquellas gentes del campo.
Hoy tenemos dos parábolas cortas: la parábola de la semilla que crece sola por su fuerza interior, porque está Dios haciendo posible que esa semilla reviente toda la energía que la misma lleva dentro. La semilla se siembra y quien la siembra se vuelve a su casa y duerme y- sin saber él cómo- germina, crece, da flor y fruto... La semilla es la palabra de Dios nos dice Jesús. PALABRA QUE VA CALANDO POCO A POCO EN NUESTRAS VIDAS( TERRENO O CAMPO DONDE CAE ESA SEMILLA) Y VA DANDO FRUTO.¡ Qué sencillez en los ejemplos! La semilla también es el Reino de Dios, que no es otra cosa que el proyecto de DIOS PARA LA HUMANIDAD, PARA REDIMIRLA. La semilla es pequeña, la más pequeña, pero luego se convierte en el árbol más alto. Reino de Dios que va creciendo sencilla y humildemente y, del mismo modo, debemos ir creciendo nosotros y ese Reino de DIOS EN NOSOTROS. El desarrollo del Reino de Dios en nosotros y en el mundo hay que esforzarse mucho pues el ambiente es cada vez más adverso, más difícil porque ser cristianos tenemos que nadar contra corriente y el mundo se encamina por otros derroteros más cómodos, a que todo lo que suceda sea inmediato, ya y aquí y el péndulo puede oscilar también hacia otro sentido: " no hay nada que hacer". Fiarse de Dios es esencial en cada cristiano y en la misma Iglesia dejándose llevar por la acción, suave y fuerte del Espíritu SANTO.
También debemos fijarnos que, a lo mejor,, no estamos llamados a cosas muy relevantes y muy importantes y si a cosas sencillas y humildes . VALOREMOS LAS COSAS PEQUEÑAS QUE HACEMOS CADA DÍA, PERO HECHAS CON MUCHA FE Y AMOR.ETO ES LO QUE DA VALOR A LO QUE HACEMOS.
No olvidemos de que somos hijos de nuestro tiempo y debemos ser para esta sociedad levadura, luz y sal y el resto lo ponemos en las manos de Dios. Solo-esto es muy importante-tienen valor las cosas cuando las hacemos confiando en el Señor, estando en comunión con la SANTÍSIMA TRINIDAD y entonces el Señor hará como hizo en MARÍA: MARAVILLAS, COSAS GRANDES, PORQUE RESPONDIA CON HUMILDAD,FE , FIÁNDOSE DE DIOS.
Vivamos de Dios, en Dios y para Dios. Santa María, Madre de Dios y nuestra, intercede por nosotros para que el REINO DE DIOS SEA REALIDAD EN NOSOTROS.
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