Recordemos que del costado de Cristo abierto sale la Iglesia y los sacramentos; entramos a formar parte de Cristo y de su Iglesia por el Bautismo; formamos parte de la nueva humanidad, de una humanidad nueva y redimida y corre por nosotros la vida de Dios, de ser hijos de Dios, pues mirad "que amor nos ha tenido el Padre para llamarnos -hijos de Dios- pues lo somos"; somos hijos en el Hijo, y nuestra vida fructificará en la medida en que estemos unidos a Cristo y nos dice Jesús " Yo soy la vid verdadera y vosotros los sarmientos. El que permanece en mi, como yo estoy unido a él ese da mucho fruto; porque sin mi nada podéis hacer,...
Todo el Evangelio de hoy nos lleva a vivir la responsabilidad de estar unidos a Él. Nos lo explica con la alegoría de la vid y los sarmientos. Es muy fácil sacar las conclusiones de ese ejemplo de la vida natural del campo. La rama del árbol si no está unida al tronco, se seca y no vale para nada, sino para cortarla y al fuego; pero si esa rama está unida la tronco da mucho fruto. Las palabras de Cristo son claras nos lo dice Cristo: " Sin mi no podéis hacer nada" y lo que dice S. Pablo:" Todo lo puede en Aquel que me conforta".
Todo discípulo de Jesús debe dar fruto abundante, pues también nos dice Jesús: "Yo os elegí para que vayáis y déis fruto abundante". Así como el sarmiento está unido a la vid y da fruto,lo da por su unión con Cristo que el verdadera vid con quien debemos estar unidos, en comunión, quien así permanece unido a Cristo y Cristo en nosotros daremos mucho fruto por la vida que nos comunica en esa comunión mutua.; si el sarmiento no está unido a la vid, no dará fruto; el sarmiento si no está unido a la vid, no dará fruto; así también entre nosotros y Cristo pues si no estamos unidos a Cristo, vid verdadera tampoco daremos fruto.
Estemos convencidos de que para fructificar para la vida eterna debemos fructificar creciendo en buenas obras, crecer, hacer el trabajo y lo que hagamos en cada momento hacerlo unidos a CRISTO. Toda la fuerza, energía interior o exterior, la fuerza,.. nos viene de Cristo, de estar unidos a Él.
Por experiencia personal debemos convencernos que estar unidos a Cristo, vid verdadera es difícil , es duro, cuesta mucho, pero es muy posible si estamos unidos a Cristo como lo está el sarmiento a la vid. La vida personal de cada uno debemos vivirla contando con su gracia, que nos llama a dar fruto abundante para la vida eterna. También debemos pensar que todo depende de nuestra unión, comunión con Cristo. Toda nuestra vida será fecunda en lo apostólico por estar unidos a Cristo.
Tenemos los medios suficientes para ser fecundos en frutos buenos y abundantes para asegurar la vida eterna: los sacramentos, sobre todo la penitencia y la Eucaristía, la oración la meditación de la Palabra de Dios y la escucha de la PALABRA DE DIOS. Que María, Madre de Dios y nuestra, intercede por nosotros para vivir la comunión con Cristo.