En este domingo 5º de Pascua vamos meditando los rasgos de Jesús resucitado, en este domingo Jesús es la vid y nosotros somos los sarmientos; lo mismo que el pasado domingo contemplábamos a Jesús como el BUEN PASTOR. Jesús nos quiere enseñar con esta alegoría de la vid y los sarmientos, del mismo modo que una rama de árbol si no está unida al tronco , se seca, no sirve para nada , solo para tirarla al fuego y que arda. Nosotros si queremos tener vida divina debemos estar unidos a Cristo:nuestra vid y, entonces daremos mucho fruto. las ramas de los árboles no son autosuficientes, dependen en todo de la savia que sube por el tronco y llega a las ramas haciéndolas fecundas. Nuestras vidas de cristianos serán infértiles si no estamos en comunión con Cristo, pero si lo estamos daremos mucho fruto, seremos muy fecundos.
Cristo es la verdadera vid y nosotros sus sarmientos. Esto indica lo importante que es estar unidoas a Cristo, nuestra savia, nuestra vida, dependemos totalmente de Él y ¡ Qué dependencia más fecunda, más fértil, más alegre, más feliz,... ! Es totalmente salvadora, renovadora, transformadora. Esa savia es el amor de Dios, es la vida de la gracia, es vivir de Cristo por Cristo y para Cristo, es ser apóstol anunciador de la Resurrección de Cristo, conocedor y dador del don de la fe, de hacer una rama de seca verde, de florecer lo marchito, de transformar la flor en fruto...
La voluntad del labrador( en este caso es el Padre) que se den frutos buenos y sanos. Por eso poda la vid para que haya más vigor, más fuerza.más frescura, mejores frutos. Dios quiere que permanezcamos unidos a Cristo, verdadera savia de nuestro vivir cristiano. El labrado desea para nosotros los mejores frutos, pero para esto debemos permanecer unidos a Cristo. Los primeros discípulos estaban muy unidos a Cristo, eran dóciles a la acción del Espíritu Santo. Cuando Dios poda damos más fruto y mejor fruto. Este fruto debe llevarnos implicados al discernimiento de saber vivir los valores del Evangelio, de Cristo, y los que no son valores ni humanos siquiera; debemos salir de la cobardía a la osadía de anunciar la Buena Noticia . Debemos darnos cuenta de que la poda no daña al árbol, sino que lo fortalece para producir más y mejor fruto.. Estar unidos a Cristo debe ser de corazón y de mente, adhesión por la fe, por las buenas obras de misericordia, viviendo como Cristo.
Podríamos vivir el canto de mi viña, a la viña del profeta Isaías con un canto ardiente, apasionado, de Dios a su pueblo, cómo la trabajó Dios, viña amada y cultivada delicadamente, divinamente. Aún cuando la viña sea infiel, Dios permanece fiel. Dios cuida amorosamente de su pueblo actual( la Iglesia) y su vida nos viene por los sacramentos, la oración, la Palabra de Dios,... Santa María, Madre de Dios y nuestra, intercede por nosotros para que siempre permanezcamos unidos a la VID, QUE ES CRISTO.
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