Se va acercando el final del Año Litúrgico y Jesús sigue dando enseñanzas para que estemos siempre preparados ante la venida del Señor; los domingos anteriores nos habló del amor, por ejemplo el pasado domingo.
Jesús enseña, vive, hace signos es sincera y leal su vida de cara a Dios y de cara a los demás, sin importarle nada .
Necesitamos no solo leer el Evangelio de hoy, sino meditarlo para no caer en aquellos defectos que Jesús condena en los fariseos de su tiempo o de los hipócritas de entonces y de siempre, esto lo condena Jesús pues los fariseos no tenían una unidad de vida, sino que, por un lado, decían y ,por otro decían, no ha de ser así en nosotros y entre nosotros, seamos veraces, leales al Hijo y viviendo como Él y siguiendo sus pasos seamos ejemplo capaces de entrar en el,Reino de los Cielos, pero para llegar a la presencia del Padre necesitamos superar la hipócresia debemos ser verdadera levadura que hace fermentar la masa. si no somos superiores a los fariseos no entraremos en el Reino de los cielos;Las enseñanzas de Jesús ns invitan a meditar sobre el fin de los tiempos se acerca-como se acerca el fin del año litúrgico y,ante la venida, de Jesús acompañado de sus ángeles y separará a unos de otros; los buenos a su derecha y los malos a su izquierda, nos llevará a la cruz de cada día, se acerca le fin de su camino hacia el calvario y cómo Jesús continua fiel en su camino; y desde este momento enseña desde la vida para los de entonces y para los actuales deshaciendo las patrañas de sus enemigos-Jesús no tienen enemigos, pero ellos no quieren ser amigos y le persiguen todos los días. También podemos decir la fidelidad de Jesús en hacer siempre la voluntad de Dios y se comprometió hasta el final. Su fidelidad llega hasta el final y nos anima a todos a seguir ese camino; destaquemos que Jesús nunca se limita a denunciar a los injustos, no los desautoriza, sino que siempre ofrece soluciones, propuestas.
Hoy Jesús quiere que escuchemos la Palabra de Dios y que la meditemos en el corazón, como María, y no presumir de las filacterias, ni buscar los primeros puestos, ni los aplausos de las gentes, sino ser como Jesús humildes servidores de los demás.
Todos -al parecernos a Jesús- debemos ser modelos de acogida, de fraternidad, de dar ocasión de que otros participen en las tareas evangélicas,... Así como Jesús debe ser la Iglesia de Jesús.
En cada Eucaristía que participamos nos alimentamos y cogemos fuerza para ser y seguir a Jesús con verdad, humildad,... Jesús dice y hace la voluntad de Dios plenamente; los fariseos decían pero no hacían. Seamos testigos de Jesús en nuestro mundo de hoy y en cada circunstancia de la vida. Santa María, Madre de Dios y nuestra, intercede por nosotros para que seamos verdadera levadura en nuestro tiempo.
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