Hoy empezamos con este tercer domingo de enero el Tiempo Ordinario con la presencia de Jesús en las bodas de Caná y realizando el primer milagro de su vida pública por petición de su Madre María.
Los domingos del tiempo ordinario no son domingos sin importancia, no, sino que son los momentos en que celebramos no el tiempo de preparación( Adviento o Cuaresma, para la Navidad o la Pascua) o vivencia de la Navidad o de la Pascua, sino que vivimos el misterio de nuestra redención: MUERTE Y RESURRECCIÓN DE JESÚS. Nos sirven estos domingos para vivir. mantener,robustecer y mejorar el regalo de la fe recibido en el bautismo, celebrar el MISTERIO PASCUAL.
Hoy el evangelio nos lleva a la escena de la presencia de Jesús en las bodas de Caná., donde Cristo, por intercesión de su Madre-María- que con esa intuición de la mujer: María, advierte que les empieza a faltar el vino a los nuevos y jóvenes esposos. La presencia de Jesús siempre trae y da alegría. El signo es una muestra del poder de Jesús Dios y el deseo de ayudar a todos aquellos que lo necesiten y se lo pidan.sobre todo su Madre María. Los signos de Jesús son siempre realidades que nos llevan a otras realidades; así este signo de convertir el agua en vino en las bodas-signo esponsorial nos leva a las las bodas del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, que realizó con su esposa la Iglesia en el Misterio Pascual de su Muerte y Resurrección, momento cumbre de entrega, de amor, de redención, de salvación,...Pues del costado de Cristo abierto por la lanzada de Longinos sobre el pecho de Jesús" brotó sangre y agua"brotó el sacramento de los sacramentos: LA IGLESIA y en la Iglesia los sacramentos de la gracia de Dios, de su vida para nosotros.
Hemos de notarla importancia de la presencia de la Madre, de María al principio de la vida pública de Jesús, La presencia de María debe notarse que Ella pide a Jesús que hay una carencia y que van a pasara por un bochorno los jóvenes esposos. Jesús interviene a petición de María. Jesús actúa en la boda de aquellos jovenes esposos para dar comienzos a una santificación de los esposos, del matrimonio, como sacramento de la unión del hombre y la mujer para santificarse y santificar esa unión instituida por Dios para la transmisión delegada de la vida. Instituirá luego como sacramento Jesús..
María interviene primero dándose cuenta de la escasez de vino; sabe que Jesús-su Hijo- tiene en sus manos la solución; dice-a pesar de todo, a los servidores- que hagan lo que diga Jesús y Jesús realiza el signo( a petición de María). María está también presente llorando al pie de la cruz y nos recibe como hijos a todos nosotros por mandato de Jesús en la persona del joven apóstol Juan. Ella no ha negado nada al Señor y Dios no le niega nada a María:¡ Cuánto amor debemos a María! ¡Que devoción podemos tener a María y rogarle que interceda por nosotros! María ha seguido fielmente y en segundo plano a Jesús en la vida pública. enseñándonos a nosotros cómo debemos de buscar, en contrar, adorar, seguir y anunciar a Jesús al mundo de hoy, como María. María, madre de la Iglesia, ruega por nosotros y por la conversión del mundo a tu Hijo Jesús y podamos participar de las bodas eternales.
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