martes, 11 de febrero de 2014

DOMINGO VI T.O. 2014. LA ELECCIÓN LIBRE.

La liturgia de la Palabra de Dios de éste domingo, entre otras muchas ideas de reflexión, nos invita a elegir con libertad nuestro camino a seguir, se nos propone dos caminos, el del bien y el del mal, el de la luz o el de las tinieblas, el de ser sabios o necios, el de la vida o el de la muerte-el primero es hacer la voluntad de Dios y el segundo seguir mis egoísmos.
 Desde el primer momento de la creación del hombre-mujer nos hizo semejantes a Él: ser libres y, esta libertad, no nos la quitó ni por el pecado cometido de origen o pecados personales, nos conservó siempre esta virtud. Somos libres, gran dignidad y, por tanto, gran responsabilidad. Pues se abren ante nosotros en nuestra vida muchos caminos y podemos elegir libremente el camino que ante nosotros nos pone la vida, las circunstancias,... No se trata de un cosa pequeña, sino muy grande y de mucha responsabilidad. No es una elección cualquiera, pues en ello va nuestra felicidad o desgracia, el que estemos a gusto con Dios, nuestro Creador, con nosotros mismos y con los demás, el que podamos ser fecundos en virtudes y obras buenas o ser estériles en la vida de la gracia, de  la amistad con Dios y ser muy pobres en obras y palabras porque no estamos unidos al Señor y hemos escogido mal nuestro camino,... No dejes que alguien te engañe, ni dejarse engañar. Debemos darnos cuentas de que el camino del bien está siempre de acuerdo con la voluntad de Dios. Saber ser sal de la tierra y luz del mundo, del domingo pasado. Tener ese sabor de Dios  que debemos transmitir a los que traten con nosotros y alumbrar a los que viven desorientados y si luz para que viendo nuestra buenas obras glorifiquen a vuestro padre celestial. El Espíritu Santo, se encarga de hacernos semejantes  al Hijo de Dios: JESÚS. Pues el conocimiento y sabiduría de Dios no nos viene por los estudios , por escuchar a otros maestros, sino por la oración mental( trato personal de escucha y diálogo con el Señor en el Sagrario. Toda la verdad de Dios nos viene por Jesús, porque Él, que sale de Dios Padre nos lo da a conocer , recordemos los nos dice Jesús:" Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar". Somos libres. Gracias, Señor. Usemos bien nuestra libertad. No nos fijemos tanto en tantas ideas dela Palabra de Dios; fijarse en alguna concreta y que resuma todo: Jesús resumió la Ley entera en un mandamiento: el amor: AMOR A DIOS Y AMOR A LOS HERMANOS. Virgen María, madre del amor hermoso-Cristo- ruega por nosotros.  

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