lunes, 4 de noviembre de 2013

DOMINGO 32 . T.O. 2013. LA VIDA ETERNA.

Jesús ya está en Jerusalén, está en el templo. Días antes de su pasión.Allí acuden toda clase de gentes que quieren escuchar, ver y seguir al MAESTRO, también están dirigentes religiosos  de todas las tendencias  que van preguntando por turno. Llega el momento que les toca el turno a los saduceos,  pertenecientes al grupo sacerdotal, grupo muy interesante y poderoso, que tenían gran influencia en su tiempo: en el orden político y económico, eran tolerantes con el imperio romano .Eran contrarios al grupo delos fariseos. Los fariseos eran creyentes en la resurrección de los muertos y los saduceos no. Les toca el turno de preguntas a los saduceos: a) se presentan y hacen la pregunta a Jesús sobre la ley de Moisés: .. ".que si muriere un hermano casado con una mujer y no deja descendencia, su hermano tome la mujer para darle descendencia,.. pues hasta 7 hermanos y no dejaron descendencia. por fin muere la mujer. En la resurrección, ¿ de cuál de ellos será la mujer?... responde Jesús sobre el sentido del matrimonio en esta vida terrena,... pero en la resurrección de los muertos no tomarán mujeres ni maridos, porque ya no pueden morir, y son semejantes a los ángeles e hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección, pues el mismo Moisés lo da a entender en el pasaje de la zarza ardiendo:" El  Dios de Abrahan, del Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para Él todos viven".
 Nosotros los humanos, tenemos anhelo de inmortalidad y esta no la da la naturaleza humana, ni la ciencia, ni los adelantos por mucho que podamos imaginar en el futuro, sólo Dios es nuestra inmortalidad, pues, al crearnos, nos ha hecho semejantes a Él. Somos eternos desde ese momento en que el amor y la voluntad de Dios, nuestro Padre, nos ha creado y aparecimos en este mundo.
 El camino de la resurrección y de la vida eterna comienza en nosotros desde el momento en que recibimos el Bautismo, pues al sumergirnos en el agua bendita y salir del agua, se simboliza la muerte al pecado y el nacer a la nueva vida de Dios en nosotros, a la vida eterna, una vida que nace para vivir eternamente con el Señor. El Espíritu Santo- que recibimos en el Butismo-va haciendo esa labor con una fuerza interior que nos va identificando con Cristo( dice S.. Pablo:" hasta que Cristo se forme en vosotros") y, así, poder entrar en la presencia de Dios y decir con el salmista:" Caminaré en presencia de Dios en el país de la vida". Lo caduco ha pasado y debemos ver las cosas con la mirada de Dios, no de los humanos; la mirada de Dios es VIDA y para nosotros esperanza.
 Cada vez que participamos en la Misa, Eucaristía, participamos en la muerte y resurrección de Cristo, pues el mismo con la fuerza que tiene para someterlo, transformarlo todo por su vida, pasión, muerte, resurrección y ascensión al cielo nos ha preparado una morada eterna disfrutando, contemplando y viviendo la comunión con la Santísima Trinidad. Nuestra fuerza es el Señor. Confiemos en Él, en su gracia. Tengamos fe. maría, Madre de Dios y Madre nuestra- madre delos creyentes- intercede por nosotros para que nos falte nunca la fe, sino que nos ayudes a fortalecerla.

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