Todos los primeros domingos de Cuaresma siempre tenemos a nuestra meditación, las tentaciones de JESÚS. JESÚS, se retira, llevado del ESPÍRITU al desierto, allí se deja tentar por el diablo, prueba que dura 40 días. Ayuna, está en comunión íntima como siempre con el PADRE, pero también como hombre se pone en comunión con Él. Y al final es tentado por el diablo, que siempre aprovecha los momentos más débiles del ser humano, sabe el momento oportuno de tentarnos, de sacar provecho de su trabajo de alejarnos de DIOS y de su santa Voluntad, de apartarnos de DIOS como él ya separado para siempre. Permite JESÚS ser tentado para indicarnos de que las tentaciones no son malas, sino que son pruebas de nuestro amor y fidelidad a DIOS, para procurar ser dignos hijos suyos.Lo malo es consentir las tentaciones y seguirlas con las obras del maligno. Pero también os digo, que si caemos, porque somos frágiles, el SEÑOR siempre nos perdona cuando reconocemos y arrepentimos de esas faltas, nos confesamos, el PADRE nos perdona por JESÚS y caminamos de nuevo limpios de nuestras faltas. Rezamos en la oración que JESÚS nos enseñó del Padre nuestro:" No nos dejes caer en la tentación" . No dice:" no nos des tentaciones", sino no nos dejes caer en la tentación. Ánimo que caminamos con JESÚS, o mejor, JESÚS camina con cada uno de nosotros. Quiere DIOS llamarnos la atención de que no nos durmamos, nos abandonemos pues siempre estamos muy atados por las preocupaciones de este mundo: bienes materiales, poder, los honores,...
A este respecto tu y yo, como Iglesia, debemos trabajar con ayuda de la gracia para vencer las tentaciones y ponernos al servicio de la humanidad, no buscando honores, riquezas, poder, sino ayudar a los demás a descubrir a CRISTO, a seguirlo nosotros de corazón y, así, ser testigos del RESUCITADO. Al recorrer, otro año más, el camino de la Cuaresma, vamos a recorrerlo con alegría y paz interior porque no hacemos las cosas porque sí, por obligación, sino por amor a JESÚS, HIJO DE DIOS, MI SALVADOR, PORQUE EL FUE DELANTE HASTA LA CRUZ Y RESURRECCIÓN. Caminamos hacia la PASCUA con gozo, sabiendo bien hacia donde vamos. Merece la pena ser cristianos. Merece la pena seguir a JESUS. María, Madre de DIOS y nuestra, intercede por nosotros cuando seamos tentados, invitados a separarnos de DIOS, que estés junto a nosotros para ayudarnos a no caer en la tentación y, si caemos, intercede para que lo antes posible con reconciliemos con el SEÑOR a través del sacramento de la Reconciliación.
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