Seguimos con el segundo domingo de los tres que vivimos ahora sobre las parábolas sobre el Reino de DIOS. El domingo pasado era la parábola del sembrador, sembrar, germinar la semilla del Reino. Hoy es cómo va creciendo ese reino de DIOS en el mundo. el trigo y la cizaña, el grano de mostaza y la levadura. El Señor siembra el trigo, la buena semilla, pero se siembra de un modo malicioso, por el enemigo, diablo, la mala semilla en el mismo campo de trigo. Los criados que se dan cuenta piden al amo ir a arrancar la cizaña. El amo dice que no porque no sea que al arrancar la cizaña se arranque también el trigo. Tiene razón el amo porque las raices de ambos están muy unidas en la tierra.¡ Cuánta impaciencia de los criados!.¡Cuánta paciencia la del amo,(DIOS)! Es una enseñanza para nosotros. No nos hacemos muchas veces la pregunta de impacientes: ¿ Por qué permite DIOS el mal en el mundo?: tantas leyes injustas, tantos egoísmos de los grandes capitales que generan tanto descontento en los humanos, tantas hambres, tantos dolores, tantas penas, cuántos atentados contra la vida concebida y no nacida, contra los ancianos enfermos con disfraces de leyes paliativas del dolor, cuando solapadamente quiere introducirse la eutanasia en algunos países del mundo. Parece que triunfa el mal sobre el bien. ¿ Donde está DIOS? Parece un silencio del cielo. Dejadlos crecer juntos buenos y malos hasta la siega (paciencia de DIOS). No seamos impacientes. La existencia mezclada de buenos y malos es para porvecho de ambos; de los buenos para ser mejores y que nos sirva de purificación, ser responsables ante el mundo de la fe en el RESUCITADO, de testimonio de amor a los demás para que con nuestra oración y ejemplo lleguen también ellos a la salvación; de los malos para que viendo nuestros buenos ejemplos lleguen al conocimiento de la VERDAD(CRISTO). También porque DIOS cuando nos creo (hombre-mujer) nos hizo LIBRES y respetó y respeta siempre con delicadeza ese don que nos dió: ser libres y, por tanto, responsables de nuestros actos. DIOS no condena o separa de si a nadie. Somos nosotros los que nos separamos de la comunión con Él cuando no aceptamos su Voluntad en esta vida humana nuestra. JESÚS es incansable en su siembra y es muy buena semilla: Amor, gracia, fe, esperanza, vida, salvación, servicio a los demás, felicidad, saber sufrir por el Reino de DIOS... Nosotros recibimos en el sacramento del Bautismo la misión de ir al mundo entero y anunciar el Evangelio de la VIDA: CRISTO. Los que seamos recogidos en su granero (cielo) será la visión de DIOS en su Reino. Dichoso/a si con la gracia de DIOS lo consiguimos. Los que no lo consigan porque no aceptaron a JESÚS en esta vida por injustos, corruptos, egoístas, porque sólo han vivido para si y para sus placeres,...entonces "la cizaña se arrancará y serán arrancados de su reino y se arrojarán al horno encendido, allí será el llanto y rechinar de dientes y los justos brillarán como el sol en el reino del PADRE. El que tenga oidos que oiga."María, madre de DIOS y madre nuestra, intercede para que vivamos siguiendo tus virtudes, propias del Reino de tu Hijo y podamos alcanzar la plenitud de la vida en el Reino de los cielos viendo y comtemplando al PADRE. También te pedimos que se conviertan los que estén alejados de DIOS.
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