jueves, 16 de septiembre de 2010

domingo 25.t.o.2010


La liturgia de la Palabra de DIOS de este domingo nos quiere dar JESÚS el uso que debemos hacer de las riquezas. A primera vista- o con una lectura superficial- nos puede irritar por la impresión de que JESÚS alaba a un hombre que es deshonesto, injusto, defraudador,... JESÚS no juzga en esta parábola los actos del administrador injusto, sino que sólo alaba y enseña su "astucia" en encontrar para el futuro- cuando le quiten la administración- quien le acoja cuando cese de administrador. Ante ese futuro grave y malo que le espera reacciona con rapidez, con reflejos, con visión de la jugada, con astucia:"Ya se lo que voy hacer" y, así, solucionar y encontrar un futuro bueno, mejor, que le reciban luego en su casa.
JESÚS, que sube a Jerusalén, sigue enseñando a sus discípulos (apóstoles y discípulos en general) y quiere que seamos conscientes del momento grave que tenemos delante (dimensión escatólogica=que mira a nuestro fin último) y reaccionemos con decisión y astucia para solucionar nuestro futuro y sea el mejor posible: "para que cuando nos despidamos de las cosas de este mundo nos reciban en las moradas eternas". No es nada fácil entender esta parábola y, sobre todo, dar el salto del administrador infiel a ser el administardor fiel de los riquezas presentes terrenas y actuar con astucia y audacia viviendo el Evangelio de JESÚS y alcanzar la salvación. Necesitamos poner todo el ingenio, todos los sentidos para llevar los asuntos humanos con la vista puesta en DIOS. Preguntarse ¿Qué es lo que de verdad nos interesa? ¿Nos interesa de verdad DIOS, su Reino, su vida eterna, el Evangelio de JESUCRISTO?. Si de verdad nos interesa el Señor, procedamos en consecuencia para alcanzarlo. Hagamos unos minutos de oración reflexiva cada día en presencia de la Madre María.

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