El pueblo de Israel es admirado por los pueblos vecinos por sus leyes, leyes que son dadas por Dios y que gozan de sabiduría... dice Moisés:" Escucha los mandatos y decretos que yo os enseño... esa es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia y que no es del pueblo sino de Dios,... sin embargo el paso del tiempo ha ido corrompiendo las costumbres israelitas y mezcla normas humanas, de criterios muy personales como si fuesen mandatos de Dios, y van cayendo en mero formulismo externo y-es posible- olvidando el mandato del Señor. De aquí que Jesús les enseña en que consiste el verdadero culto a Dios, el culto que le agrada: el culto interior, el que sale del corazón, del amor a Dios, sincero pues dice el profeta:" este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mi, está vacío"; y también lo" que entra no mancha al hombre, sino lo que sale de dentro, del corazón esto es lo que hace al hombre impuro." no debemos fijarnos en un culto legal, exterior, de los fariseos, sino el que sale del corazón, el que guarda armonía entre el culto y la vida del discípulo de Jesús.
Los fariseos se agarran a tradiciones, las tradiciones pueden- quizás- identificarse con lo tradicional, y lo pueden considerar como anticuado, trasnochado, no querer evolucionar, renovar, pues el Espíritu Santo está actuando en nuestro corazón y actualizando y renovado todo conforme a la voluntad de Dios, de lo que le agrada porque es el Espíritu de Dios el que está orando en nuestro interior, el que pone en nuestro interior las palabras acertadas y justas a los oídos del Padre; es el Espíritu Santo nos renueva con seguridad sin desviaciones doctrinales, espirituales, morales,...
Las acciones de Dios siempre nos liberan a los hombres, no nos esclavizan; Dios nunca esclaviza al hombre, ni le roba la libertad con que le creó; Dios nunca le quitó, ni lo pensó, aunque sabía que le iba a servir de rebelión, de pecado,... pero así es como el hombre en su libertad es responsable de cada acto suyo para gloria de Dios obrando el bien o desgracia suya-por su mala cabeza o el mal uso de la libertad- y lo que debemos tener en cuenta es de que por la gracia de Dios y por los méritos de Jesucristo nosotros podemos ser liberados de los malos pensamientos, fornicaciones, homicidios, robos, adulterios, codicias, fraudes, envidias, orgullos, soberbias,...y si no hacemos caso a la gracia de Dios caeremos en los mayores horrores de la conducta humana, ley de la selva, del oeste,...ley del más fuerte,...
Miremos en vivir y dar perfección-como lo hizo Jesús: " No he venido a abolir la ley, sino a darle su perfección"... Sigamos el ejemplo del MAESTRO COMO BUENOS DISCÍPULOS Y HALLAREMOS LA RECOPMPENSA DE DISFRUTAR DE LA GLORIA Y HERMOSURA INFINITA Y ETERNA DE DIOS. Hagamos de todos los actos de nuestra vida una verdadera identificación de Jesús. El fariseísmo, la hipocresía son reprochables,, son vacíos, se llenan, nos llenamos de cultos externos, de actos religiosos, pero falta vida y comunicación de esa vida divina que debemos comunicar al mundo en comunión con Cristo como enviados suyos. Santa María, Madre de Dios y nuestra, intercede por nosotros para que adoremos al Señor en espíritu y verdad interior.