martes, 26 de noviembre de 2013

DOMINGO 1º DE ADVIENTO. AL ENCUENTRO CON EL SEÑOR.

Con el primer domingo del Adviento,comenzamos un nuevo año litúrgico, año cristiano; ciclo A, donde vamos a meditar el misterio de Cristo, desde el evangelio de S. Mateo, que lo seguiremos los domingos del tiempo ordinario.
 El Hijo de Dios viene a nuestro encuentro-por el envío del Padre para reconciliar a la humanidad caída consigo y que solo lo puede hacer el Señor- y por la acción del Amor, el Espíritu Santo, que viene sobre la Virgen María y, así se encarna, toma nuestra naturaleza humana el Hijo de Dios para redimirla, pues el hombre no se puede salvar a sí mismo y, mucho menos, salvar a los demás.
 Par ese encuentro entre Jesús y nosotros, debemos prepararlo con serenidad, seriedad  y compromiso.
 Entre esta primera venida y la segunda debemos estar preparados, pues vamos a recibir el premio según las obras que hagamos por amor a Dios y  a los demás. Vendrá cuando menos lo esperemos, pues sabemos que vendrá, pero no cuando. Por eso si vivimos la liturgia diaria nos irá llevando-casi sin darnos cuenta- a la preparación para las próximas fiestas de Navidad- primera venida del Salvador- y nos irá disponiendo para estar preparados para la segunda venida del Señor.
 El tiempo del Adviento es un tiempo de esperanza y de alegría, porque nuestra esperanza es Cristo y Cristo no defrauda jamás.. La primera lectura nos invita a " caminar a la luz del Señor"; "vamos a la casa del Señor, a seguir la Palabra de Dios. También tenemos unas cuantas exhortaciones: Es hora de despertaros del sueño"," la salvación está ahora más cerca"," dejad las obras de las tinieblas", " andemos  con decencia", revestíos de Cristo", " estad en vela"." estad preparados",... Necesitamos un cambio de actitudes y tengamos los mismos sentimientos de Cristo. Os invito a pensar en María, persona muy importante en el Adviento,  juntamente con Juan el Bautista, pues Dios ha hecho maravillas en María por su humildad y las hace y va hacer en nosotros si vivimos con humildad.
 Podemos al inicio de este año litúrgico hacer algún plan  o programa para reflexionarlo y examinarlo cada día durante todo este año; un plan o programa muy sencillo y práctico: en el orden  personal, de la familia, en el trabajo, en mis relaciones con Dios y con los demás, en las actividades que pueda realizar en mi parroquia de cara a la Navidad, mirar cada día al Señor con cariño y escucha de su Palabra, de recibir con frecuencia la Confesión y la Eucaristía, que me fortalecen. Como veis no se trata de propósitos espectaculares, sino lo que vengo haciendo cada día, pero hacerlo mejor, con sentido, con cariño, con alegría. Virgen María, ayúdame a vivir la fe y la esperanza como tu.

martes, 19 de noviembre de 2013

Domingo 34. Solemnidad de Cristo Rey. 2013.

 El último domingo del año litúrgico, domingo 34, celebramos la Solemnidad de Cristo Rey. En este día se clausura el año de la fe proclamado por el Papa emérito, Benedicto XVI. Ha comenzado el 11 de Octubre del año 2012 y concluye el 24 de Noviembre con la Solemnidad de Cristo Rey. Considero que este año de la fe nos haya servido para meditar más sobre nuestra fe, pedir al Señor aumento y fortaleza en la fe y que nos ayude a transmitirla con alegría y generosidad para que aumente en el mundo  el reinado de Cristo. Parece que no viste mucho hablar de reinados hoy, pero debemos de pensar que el reinado de Cristo no se parece a los reinos de este mundo en nada, más que en el nombre. Cristo es rey porque ha sido el creador de todo:" Todas las cosas fueron hechas por Él, y sin El no se hizo nada de cuanto ha sido hecho"( Jn.1,3), " Y por El fue hecho el mundo, pero el mundo no lo conoció"( Jn.1,10). Pero, además, es rey porque nos ha redimido, entregándose hasta la muerte y muerte de cruz. Reina desde la cruz: su cetro es el madero de la cruz, y su corona es la de espinas. Este reino no tiene límites territoriales, culturas especiales, ejércitos -como los reinos de este mundo- pues a este reino estamos llamados todos porque es un reino de amor, de paz, de justicia, de santidad y de gracia, de verdad, y de vida, reino eterno y universal. A este reino estamos todos invitados, no obligados. Es  para conveniencia nuestra. Los que creemos  en Él y le acompañamos llevando la cruz de cada día hasta el Calvario y, así también, le acompañaremos -por Él- en la resurrección y en la gloria eterna. También dice el Señor que:" que cuando yo sea levantado en alto( crucificado), atraeré a todos hacia mi". Cristo, el Hijo de Dios, se hizo uno de nosotros, semejante en todo a nosotros-menos en el pecado- para salvar a la naturaleza humana íntegra, no parte, no solo el alma, sino también el cuerpo, es decir al hombre, a la mujer. El que no tenía dónde reclinar su cabeza es el Rey del universo y de todos los tiempos. Reina en nuestros corazones, en la Iglesia, en los que desean escucharle, descubrirle, amarle, seguirle, darlo a conocer a los demás. No tengas miedo si has cometido algún fallo, pues por ese fallo nuestro se entregó El en la cruz. Nos perdona siempre y nos perdona cualquier pecado, pues El los puede perdonar todos. Confía en Él, abandónate en El, acercarte a Él en la confesión. Cuando finalice este mundo-porque este mundo y todas las cosas creadas acabarán, menos los hombres y mujeres-  que pasaremos, purificados de nuestros pecados, al banquete de su Reino, porque le Padre pondrá todas las cosas bajo sus pies. Todos los enemigos serán vencidos, el último será la muerte: vencida por Cristo al entregarse a la muerte en la cruz y RESUCITAR gloriosos con Él y por Él. Gracias, Señor,... También recomiendo que, aunque acabe el año de la fe, no nos olvidemos ningún día de pedirle al Señor que nos " aumente la fe" y que la alimentemos con la Palabra de Dios, con la oración, con los sacramentos( Confesión y Comunión). La fe en Cristo resucitado, si perseveras hasta el fin, Él te salvará y te está salvando. No tengáis miedo, el Señor está con todos vosotros, os da las fuerzas necesarias para vencer y llegar a la visión del Padre. María, Madre de Dios y nuestra, intercede para que perseveremos en la fe hasta el final.

martes, 12 de noviembre de 2013

Domingo 33 del T.O. 2013. La perseverancia.

 Estamos en la recta final del año de la fe y del año litúrgico, pues el próximo domingo con la Solemnidad de CRISTO REY, concluimos este año cristiano-ciclo C, -aunque sigue un poco más hasta el domingo 1º de Adviento- porque hemos seguido cada domingo las enseñanzas de Jesús, según el evangelista S. Lucas. El evangelio de este domingo nos invita a contemplar los acontecimientos últimos de nuestra vida y de la historia, a meditar los momentos en que nos vamos a presentar ante el Padre, vamos a su encuentro -siguiendo a Cristo- y vamos a su encuentro no con angustia, ni con miedo, ni con la respiración contenida, sino con la confianza de discípulo de Jesús y con la alegría de que hemos hecho el esfuerzo de identificarnos con Cristo. El domingo es " el día del Señor", pero también debemos llamar a este día el " día del Señor", en el domingo celebramos el "Misterio Pascual" Muerte y Resurrección de Cristo, día que celebramos nuestra fe, el fundamento  es la resurrección de Cristo,causa de nuestra resurrección, pues también el " día del Señor debemos meditarlo y prepararlo como ese encuentro con Él y Él venga en su gloria para juzgar a cada uno según sus obras hechas en esta vida presente. Sabiendo esto debemos preparar ese encuentro, perseverar en la fe hasta el final, sin desfallecer y verlo con esperanza, con gozo y alegría, pues la esperanza no defrauda y es alegre.
 Perseverar en la fe-recuerda que finalizamos el 24 el año de la fe.¿ Me he parado a pensar, meditar, cultivar, orar la fe? porque podría darse el caso de que pasó el año y no nos hemos acordado nada o casi nada de cómo es mi fe, de dar gracias a Dios por este grandísimo regalo, o he oído esto en las moniciones de la misa dominical,... esto sería muy pobre. " Señor, yo creo, pero aumenta nuestra fe". Recordad lo que nos dijo Jesús: " No tengáis miedo...." Sino con la gracia de Dios, con su ayuda,superemos las dificultades, obstáculos, persecuciones como las padeció el Señor Jesús, llenos de luz de Dios- fe- de alegre esperanza, y de una vivencia llena de amor a Dios y a los hermanos,vamos hacia el Señor con confianza. No tengamos miedo en vivir y manifestar nuestra fe, pues debemos dar testimonio de Cristo ante este mundo desesperanzado, triste, impotente ante las dificultades, dureza de la vida presente-y llenos de esperanza- ir y encontrarnos con  Él en la gloria y, así vivir siempre con el Señor inmortales y con visión real y eterna de Dios- mi vida, mi amor- para siempre. Si vivimos la fe, de la fe y perseveramos en la misma celebrándola con los hermanos cada domingo-" día del Señor" preparamos el otro " día del Señor". Tenemos la ayuda de Dios, de la Iglesia que nos ayuda a vivir, celebrar, fortalecer y perseverar en la fe hasta el final. María, madre de los creyentes-" dichosa tú porque has creído-ruega por nosotros para que perseveremos en la fe hasta el encuentro con el Padre.

lunes, 4 de noviembre de 2013

DOMINGO 32 . T.O. 2013. LA VIDA ETERNA.

Jesús ya está en Jerusalén, está en el templo. Días antes de su pasión.Allí acuden toda clase de gentes que quieren escuchar, ver y seguir al MAESTRO, también están dirigentes religiosos  de todas las tendencias  que van preguntando por turno. Llega el momento que les toca el turno a los saduceos,  pertenecientes al grupo sacerdotal, grupo muy interesante y poderoso, que tenían gran influencia en su tiempo: en el orden político y económico, eran tolerantes con el imperio romano .Eran contrarios al grupo delos fariseos. Los fariseos eran creyentes en la resurrección de los muertos y los saduceos no. Les toca el turno de preguntas a los saduceos: a) se presentan y hacen la pregunta a Jesús sobre la ley de Moisés: .. ".que si muriere un hermano casado con una mujer y no deja descendencia, su hermano tome la mujer para darle descendencia,.. pues hasta 7 hermanos y no dejaron descendencia. por fin muere la mujer. En la resurrección, ¿ de cuál de ellos será la mujer?... responde Jesús sobre el sentido del matrimonio en esta vida terrena,... pero en la resurrección de los muertos no tomarán mujeres ni maridos, porque ya no pueden morir, y son semejantes a los ángeles e hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección, pues el mismo Moisés lo da a entender en el pasaje de la zarza ardiendo:" El  Dios de Abrahan, del Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para Él todos viven".
 Nosotros los humanos, tenemos anhelo de inmortalidad y esta no la da la naturaleza humana, ni la ciencia, ni los adelantos por mucho que podamos imaginar en el futuro, sólo Dios es nuestra inmortalidad, pues, al crearnos, nos ha hecho semejantes a Él. Somos eternos desde ese momento en que el amor y la voluntad de Dios, nuestro Padre, nos ha creado y aparecimos en este mundo.
 El camino de la resurrección y de la vida eterna comienza en nosotros desde el momento en que recibimos el Bautismo, pues al sumergirnos en el agua bendita y salir del agua, se simboliza la muerte al pecado y el nacer a la nueva vida de Dios en nosotros, a la vida eterna, una vida que nace para vivir eternamente con el Señor. El Espíritu Santo- que recibimos en el Butismo-va haciendo esa labor con una fuerza interior que nos va identificando con Cristo( dice S.. Pablo:" hasta que Cristo se forme en vosotros") y, así, poder entrar en la presencia de Dios y decir con el salmista:" Caminaré en presencia de Dios en el país de la vida". Lo caduco ha pasado y debemos ver las cosas con la mirada de Dios, no de los humanos; la mirada de Dios es VIDA y para nosotros esperanza.
 Cada vez que participamos en la Misa, Eucaristía, participamos en la muerte y resurrección de Cristo, pues el mismo con la fuerza que tiene para someterlo, transformarlo todo por su vida, pasión, muerte, resurrección y ascensión al cielo nos ha preparado una morada eterna disfrutando, contemplando y viviendo la comunión con la Santísima Trinidad. Nuestra fuerza es el Señor. Confiemos en Él, en su gracia. Tengamos fe. maría, Madre de Dios y Madre nuestra- madre delos creyentes- intercede por nosotros para que nos falte nunca la fe, sino que nos ayudes a fortalecerla.