lunes, 10 de diciembre de 2012

DOMINGO TERCERO DEL ADVIENTO: ESPERANZA ALEGRE

En este tercer domingo del Adviento nos sigue presentando a San Juan el Bautista, el domingo pasado presenta a S. Juan el bautista, su figura y su misión, en este evangelio de hoy  su predicación y su contenido: " Dar frutos de conversión".
 La llamada de este domingo es una esperanza alegre: ¿ Por qué? Porque el Señor está cerca. El mundo de hoy y, creo que el de siempre por unos u otros motivos, necesita y busca la alegría. No alegría de este mundo, que dura muy poco( tanto como  la misma experiencia en nuestros sentidos). Si vivimos el Adviento somos conscientes de que vamos avanzando hacia la solemnidad de la Navidad, de celebrar ese gran Evento: El Hijo de DIOS, ENCARNADO EN MARÍA, POR OBRA DEL ESPÍRITU SANTO, NACE EN BELÉN DE JUDÁ. Pocas personas estaban preparadas. ¡ Cuántas lo estamos hoy! Juan el Bautista  predica sobre la conversión para estar preparados ante la venida del Señor, y nos sirve para las venidas permanentes del Señor a nuestras vidas y, que además, nos sirven para estar preparados para la segunda y definitiva venida del Señor.
 Los oyentes preguntan. ¿ Qué tenemos que hacer?. Muy importante el verbo " hacer" porque nos indica que no sólo debemos de oir y escuchar, sino hacer buenas obras. Juan el Bautista responde: A) " El que tenga dos túnicas  reparta con el que no tiene ninguna, el tiene que comer que reparta con el que no tiene que comer.
B) Cumplir bien con el trabajo y el deber  de cada día
C) No ser violentos, ni hacer extorsión a nadie. Así demostraremos que la escucha de la Palabra de Dios la llevamos a la práctica con buenas obras.
 Sofonías en la 1ª Lectura nos dice:" alégrate y  goza Jerusalén" porque DIOS está en medio de ti y te salvará y S. Pablo nos dice en la 2ª Lectura nos invita a vivir la alegría porque el Señor está más cerca y la alegría del Señor esta en nosotros. La alegría no es algo efímero que pasa cuando pasa el momento en que un acto satisface los sentidos. No, esa no es la alegría de CRISTO y que nos da CRISTO. La alegría del Señor es una satisfacción por el bien que se hace, esa satisfacción por el bien hecho unido a DIOS y con amor y con el esfuerzo y la ayuda, sobre todo, de la gracia. La alegría es un fruto del ESPÍRITU SANTO. La respuesta que debemos dar al Señor y al mundo es la caridad. El mundo necesita cristianos: Hombres y
mujeres que sean alegres por su fe, su esperanza y su amor. Al vivir las próximas Navidades debemos de ser conscientes de que JESÚS nos trae la salvación, motivo básico de oración y de alegría. Que esta Navidad nos ayude a meditar el misterio sin tanto ajetreo externo y cultivemos más la vida interior. Que este año de la fe también nosotros debemos preguntar:¿Qué tenemos que hacer? Vivir la fe, hacer jaculatorias para aumentar nuestra fe y que vaya acompañada de buenas obras. Que esa fe la vivamos en cada Eucaristía con la fe, la esperanza y el amor que nos hace vivir la alegría cristiana. María, Madre de DIOS y Madre nuestra, tú que eres la vivencia de la fe, la esperanza y el amor a DIOS  y los hombres, tú que eres la llena de gracia de DIOS y de alegría ruega por nosotros.

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