Todo el tiempo del Adviento es un tiempo fuerte en que nos llama la atención de vivir el tiempo de fe y de espera ante la llegada del Mesías, el Señor, que viene a salvarnos. Es un tiempo de preparación, sí, para celebrar con gozo, las próximas fiestas de la Navidad, celebrando el evento único de la Encarnación- Nacimiento del Hijo de Dios. Viene enviado por el Padre y por amor para redimirnos, darnos un estilo de vida nuevo y desvelarnos quien es el Padre DIOS, siendo con su vida testigo de la Verdad de DIOS. Nos ofrece la salvación, pero, para salvarnos, debemos pensar que la necesitamos, pues puede haber seres humanos que no la necesitan y no va con ellos el tema. Cuando vemos como somos y la realidad de nuestra vida humana y de los errores que tenemos y fallamos en la humildad, entonces nos creemos suficientes para todo y no necesitamos nada de nadie.¡ Qué equivocación! "DIOS resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes". El que es el Hijo de DIOS , se encarne y nazca de María en Belén para salvarnos es una gran noticia. Ningún regalo que podamos recibir estos días puede compararse con esta Buena Noticia.
Esto nos debe llevar a tener más consciencia de la presencia de DIOS en nuestras vidas.
Hoy también nos presenta en escena a Juan el Bautista, el hijo de Zacarías y de Isabel, el precursor del Mesías, que han anunciado desde antiguo los profetas. Juan irrumpe en escena con fuerza, la fuerza de la fe, de la llamada de DIOS a una misión: "Preparar el camino para recibir al Señor que nace en Belén". Aparece con austeridad, con la fuerza de un envío divino, de señalar en el mundo al HIJO DE DIOS, prepara los primeros discípulos que han de seguir a JESÚS, "Predicando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados"
Los hombres tenemos un corazón apegado a muchas cosas de este mundo y que se acuerda poco de la verdadera realidad de quien depende todo: DIOS PADRE. Necesitamos convertirnos de corazón, escuchar la Palabra de Vida,...que nos invita a creer ( no olvides Año de la Fe), saber y dar explicaciones de nuestra fe y de nuestra esperanza; de convertirnos; mirar nuestra vida si está de acuerdo con DIOS, si mis pensamientos y mis caminos son los de DIOS y no los míos.Cuando nos convertimos vive en nosotros la gracia de DIOS. Somos débiles, podemos fallar, caer en cualquier momento, pero ahí está el Señor JESÚS para llenarnos de su perdón y su gracia y... a seguir caminando con Él. Tened mucha fe, mucha alegría que sale de la esperanza y vivir una ardiente caridad. Participad lo que podáis en la Eucaristía para estar bien nutridos en el espíritu. Preparemos no sólo nuestro camino hacia el Señor, sino ayudemos a otros hermanos a prepararse para recibir al JESÚS. Virgen María, Madre y ejemplo del Adviento, ayúdanos llevar en nuestro corazón al SALVADOR, a JESÚS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario