lunes, 13 de mayo de 2013

Pentecostés. 2013.

 En este domingo próximo celebramos  la venida del ESPÍRITU SANTO, la promesa de JESÚS echa realidad ; "os conviene que yo me vaya porque si no me voy no vendrá a vosotros el Espíritu, el Consolador, la Fuerza de lo alto, el que procede del Padre y de mi. Cuando El venga os enseñará todo lo que os he dicho, lo entenderéis interiormente,.."E l Padre y el Hijo envían su Espíritu para dirigir a la Iglesia de Jesús, para animarla, para consolarla, fortalecerla, afirmarla, para que confiese con firmeza y verdad de JESÚS crucificado y resucitado, es Él - el que como viento recio, como un fuego  que purifica y renueva, como amor que arde dentro de nosotros igual que a los discípulos de Emaús, como unas lenguas de fuego que  nos hacen hablar con seguridad, con certeza lo que predicamos, para vivirlo con el corazón y la vida. Ese Espíritu Santo es lo más íntimo que tenemos, es nuestra vida, es el que nos hace recordar y vivir de CRISTO y con CRISTO para el Padre, en Él nos perdona los pecados por el sacramento de la Reconciliación.
 Yo creo en el ESPÍRITU SANTO, SEÑOR Y DADOR DE VIDA. Yo creo en la misericordia y amor de DIOS Padre y de DIOS Hijo. Ese  acogernos al Espíritu se nos manifiesta la Bondad de DIOS. Yo creo  en el DIOS que me descubrió JESÚS: Amor, Bondad, Cariño, Ternura, Acogida, Padre, Perdón, Misericordia, que no se cansa de perdonar, que por muy hondo que pueda caer el ser humano, El siempre puede sacarlo de ese pozo hondo y nos devuelve la paz, la gracia, la vida divina en nosotros, recobrar la libertad de los hijos de DIOS, de la intimidad con Él.
 El ESPÍRITU SANTO  es el agua viva que nos hace saltar hasta la vida eterna( recuerda la samaritana), es el vino añejo de las bodas de Caná, es ese aceite que el buen samaritano derramó sobre el enfermo del camino y que usamos los sacerdotes para ungir a los enfermos y devolver la paz, la seguridad del enfermo en su encuentro con el Señor y perdonar sus pecados ( es seguridad de perdón la unción de los enfermos).
 El ESPÍRITU SANTO nos hace vivir con entereza nuestra libertad en el seguimiento de CRISTO, quitando la esclavitud del pecado, sabemos que nos enseña la verdad de DIOS y a huir del error y del engaño, a ser transparentes. También os recomendaría que seamos muy humildes para que venga de verdad a cada uno el ESPÍRITU SANTO como vino a María, que hizo maravillas en Ella por ser humilde. Él nos enseña a orar cuando nosotros no sabemos  orar, El ora con gemidos inefables, orar en espíritu y verdad, para alabar, bendecir y dar gracias a DIOS. Nos hace vivir como apóstoles, saber lo que hemos de decir, decirlo con convicción, con vida, con sinceridad, nos descubrir con gozo que somos su templo, casa, morada. Mucha humildad, alegría, sinceridad y Él nos llenará plenamente. Él nos hará entender interiormente todo lo que JESÚS enseñó y nos ayuda  a vivirlo. Esperemos y confiemos en el ESPÍRITU SANTO y digamos frecuentemente: ¡ VEN, ESPÍRITU SANTO! Santa María, madre de DIOS, intercede por nosotros para que el ESPÍRITU SANTO, nos llene, ilumine, guíe al conocimiento pleno de JESÚS.

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