Seguir al Maestro siempre fue difícil; hoy lo es más por el ambiente que existe en el mundo actual. Si contemplamos la vida de JESÚS vemos que ha sido dura, siempre en su mente la entrega en la cruz por fidelidad al proyecto de salvación del Padre para el mundo y, por amor a nosotros, por nuestros pecados.
El amor de Dios se manifiesta en que nos dió su único Hijo sin dudarlo un momento y no le perdonó para poder perdonarnos a nosotros en Él.
El discípulo no puede ser más que su maestro. El pasó por el camino de la cruz y nosotros debemos pasar por ese mismo camino.
Ser discípulo de Cristo supone dejarlo todo por Él. Es una llamada personal del Señor. Mirad Eliseo, elegido para ser su profeta en Israel y sucesor de Elías, sacrifica sus bueyes y aperos y sigue a Elías . Lo deja todo. Los Apóstoles también lo dejaron todo para seguir al Señor y todos han terminado dando sus vidas por la verdad de Jesús de Nazaret, vivo, resucitado.
Nos dice Jesús:" si alguno quiere ser mi discípulo,nieguese a si mismo y sígame". El Señor ha hecho todo lo que tenía que hacer ÉL, ahora nos toca a nosotros hacer lo que debemos: amar a Dios y a los hermanos. Esto cuesta, pero es lo que vale a los ojos de Dios y lo que nos da satisfacción. Haced siempre el bien aunque os cueste, ahí está tu cruz.
El amor de Dios se manifiesta en que nos dió su único Hijo sin dudarlo un momento y no le perdonó para poder perdonarnos a nosotros en Él.
El discípulo no puede ser más que su maestro. El pasó por el camino de la cruz y nosotros debemos pasar por ese mismo camino.
Ser discípulo de Cristo supone dejarlo todo por Él. Es una llamada personal del Señor. Mirad Eliseo, elegido para ser su profeta en Israel y sucesor de Elías, sacrifica sus bueyes y aperos y sigue a Elías . Lo deja todo. Los Apóstoles también lo dejaron todo para seguir al Señor y todos han terminado dando sus vidas por la verdad de Jesús de Nazaret, vivo, resucitado.
Nos dice Jesús:" si alguno quiere ser mi discípulo,nieguese a si mismo y sígame". El Señor ha hecho todo lo que tenía que hacer ÉL, ahora nos toca a nosotros hacer lo que debemos: amar a Dios y a los hermanos. Esto cuesta, pero es lo que vale a los ojos de Dios y lo que nos da satisfacción. Haced siempre el bien aunque os cueste, ahí está tu cruz.