lunes, 4 de diciembre de 2017

DOMINGO 2º DE ADVIENTO, 10 DE DICIEMBRE 2017. PREPARAD EL CAMINO DEL SEÑOR.

En este segundo domingo del Adviento irrumpe en la escena de la preparación para la venida del Mesías de Dios, su Hijo el Precursor: Juan el Bautista, santificado, lleno de Espíritu Santo en el vientre de su madre Santa Isabel -daba saltos de alegría-con la presencia del Salvador en el seno de María cuando les visitó.
 La misión del Bautista
  Nos venimos preparando desde hace unos días para ver el futuro de Dios entre nosotros: tiempo de preparación para la Navidad,cuando Jesús, que es la novedad y presencia del Dios invisible se hace visible en Jesús y vino a habitar entre nosotros y en nosotros, una humanidad decaída, desmoralizada, impotente ante su liberación, liberación que solo  Jesús nos alcanzará(alcanzó ya, pues ya vino, pero vivimos la fe y la esperanza de una firme preparación para su venida.
 Aparece la figura de Juan el Bautista, una persona típica del Adviento, personalidad  ,muy fuerte y de una doctrina muy clara y breve preparando los caminos del Señor, preparar los corazones de los israelitas  para la venida de Jesús.El Bautista insiste en la necesidad de convertirse, de cambiar de vida,de retornar a Dios sinceramente y que podamos acepta a Jesús que viene no un bautismo de agua( Juan el Bautista) sino de fuego, el bautismo que nos trae  Jesús.
 Ante esa venida de Jesús necesitamos prepararnos, preparar el camino del Señor que vino, vine y vendrá, al final de los tiempos a juzgarnos, para esto debemos estar vigilantes, atentos a las inspiraciones del Espíritu y que no sabemos cuando será su venida, por lo mismo debemos estar siempre preparados.
 Debemos saber compartir con los demás como el Señor sabe y nos en seña a compartir con nosotros su divinidad y mientras lo esperamos procuremos estar en paz con Él. Salgamos animosos y alegres a su encuentro  pensemos en echar de nosotros tantos afanes de este mundo como nos rodean, seducen, nos engañan o nos gustar ser engañados,...
 Par las venidas del Señor no pongamos la confianza en nuestras propias fuerzas, sino que nuestra fuerza y poder nos viene del Señor que hizo el cielo y la tierra. En nuestro camino hacia el Padre con Cristo por el Espíritu Santo allanar los senderos, enderezad lo torcido, allanad los altos y las simas que hay en nuestra vida cristiana. ¡ Cuántas alturas de soberbia, orgullo, egoísmo, rencor, odio,... y cuánta falta de humildad, de generosidad, de alegría, de amor,!
 Aunque haya entrado en escena de la preparación del Adviento el Bautista, no debemos nunca marginar, olvidar a María porque María es la Madre llena de cariño, ternura,protección maternal, ayuda eficaz, pues cuando se habla y necesitamos conversión hay que tener presente siempre a Jesús y a su Madre María,sin Jesús y sin María no habrá verdadera conversión y perseverancia en esa . Anunciemonos  a nuestra conciencia el deseo, la necesidad de conversión. Tengamos esperanza de que un día llegará nuestra conversión sincera, de saber preparar  nuestro corazón y abrirlo para Jesús. Santa María, Madre de Dios, intercede por nosotros para que estemos siempre preparados para la llegada del Señor.

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