lunes, 9 de octubre de 2017

DOMINGO 28 DEL T.O. 2017. INVITADOS A LAS BODAS ETERNALES DEL CORDERO.

El domingo pasado terminábamos las parábolas del Reino, instaurado por Jesús en si mismo, comienzos, desarrollo, esencia,finalidad del Reino de Dios; Ahora tenemos otra parábola,, pero no del reino aquí, sino del Reino de DIOS EN EL CIELO, EN LA VIDA ETERNA.
  Jesús compara la vida eterna con la boda de un rey que se casa su hijo y manda criados para invitar a la boda de su hijo:algunos se negaron na asistir; de nuevo envió otros criados  con la misiva de que el banquete está preparados.. venid a la boda. No hicieron caso y cada uno siguió en sus asuntos y negocios. El rey mandó sus tropas para que acabasen con ellos. Y luego mandó criados y que invitasen a todos los que encontraran. Se llenó la sala. Entró el rey y vió a un comensal que no llevaba traje de boda y le dijo:" amigo, ¿ cómo has entrado aquí sin traje de boda?....
 El banquete del reino de los cielos en las bodas del Cordero, del Hijo de Dios están preparadas, todo está preparado, todos estamos invitados a dicho banquete, preparados por el Padre y ganado por Jesús y nos señala el camino, Él mismo va delante.Sigamos sus huellas.
 Hay unos que se negaron,(  a recibirlo, a aceptar ir a la boda: fariseos, ancianos, escribas, sumos sacerdotes...) mataron, apalearon a los criados( profetas, reyes, patriarcas,... y, por último, mataron al Hijo, al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, por el cual podemos entrar en ese banquete celestial, gracias a la Sangre del Cordero, que nos gana y regala el traje de bodas: LA GRACIA. Gracia que nos concede por los sacramentos que nos abren y podemos sentarnos en nuestro sitio en el cielo y cuando llegue el Padre nos verá con el traje de bodas: LA GRACIA DE DIOS. Esta sola y realmente nos viene por los sacramentos.
 En todos los tiempos siempre hubo negaciones de seguir al Señor, en tiempos de JESÚS pasó lo mismo, y luego de la misma manera y hoy, pues lo podéis ver y, posiblemente muy cerca de nosotros, por desgracia. La gracia se nos da y empieza  en el Bautismo y se afirma en otros sacramentos, y si la perdemos la recuperamos por el sacramento de curación: la confesión. Si por desgracia perdemos la gracia de Dios por el pecado grave o mortal( porque el pecado mortal se llama así porque mata la vida de Dios en nuestra alma).
 En ese banquete ya podemos gustarlo anticipadamente cada vez que participamos en la Eucaristía, pues es un anticipo de dicho banquete celestial, pregustación del de que estamos llamados todos a participar en el Reino de los cielos. Debemos de recibir a Jesús en gracia de Dios, pues sino cometeremos un nuevo pecado por no distinguir entre el pan del hogar y el pan del altar. No seaís de los que se acercan a comulgar sin pensar cómo reciben al Señor, pues pueden recibir su propia separación del banquete porque no lo ha recibido en traje de boda:EN GRACIA DE DIOS.
 no tengáis miedo acercarse al sacramento de la confesión. Santa María, Madre de Dios y nuestra, intercede por nosotros para recibir como tu a Jesús en gracia de Dios.





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